miércoles, 22 de mayo de 2013

Fractura por mordedura


Fractura por mordedura


En esta entrada, comentaré el caso de un perro de aguas, de 8 años y 25 kg con una fractura de cúbito y radio producida por la mordedura de otro perro, mucho mayor que nuestro paciente, y que le produjo una fractura conminuta de cúbito y radio distal.
Puesto que ha sido mordido por otro perro, es una fractura abierta, de grado II según la clasificación de Gustilo y Anderson. Es por tanto una fractura contaminada que no debe ser intervenida de modo inmediato, sinó que es preciso controlar inicialmente la contaminación  con antibióticos, y sólo cuando el proceso infeccioso esté controlado podrá programarse la cirugía.

Veamos en primer lugar el estudio radiográfico previo a la cirugía, comenzando por la vista antero posterior:

fractura antebrazo canino


Ahora presentamos también la vista medio lateral:


fractura conminuta canino


Era una fractura diafisaria conminuta y contaminada de cubito y radio. Como ya comenté anteriormente, en este tipo de fracturas lo primordial es controlar la contaminación, por lo tanto, en ocasiones puede hacerse una estabilización mediante fijadores externos mientras los tejidos blandos van cicatrizando, pero en este caso en concreto simplemente mantuvimos al paciente inmovilizado durante una semana hasta que consideramos que era el momento adecuado para intervenir el paciente colocando una fijación interna con una placa de acero. Una placa de titanio hubiera sido incluso una opción mejor pues el titanio es más resistente a la infección y más biocompatible con el hueso.
Se le  colocó una placa de neutralización, de doble ancho, para tornillos de 3,5 mm de diámetro, tratando de interferir lo mínimo posible con los tejidos blandos, de modo que se perturbase lo mínimo la vascularización de los fragmentos, evitando un abordaje amplio y respetando al máximo la cicatrización inicial de la herida.

Esta es la imagen intra operatoria de la placa colocada:



Si os fijais en el color de los tejidos blandos puede apreciarse una tonalidad más oscura en algunas zonas debido a los daños provocados por el mordisco, que todavía no están totalmente recuperados. 
Y esta es la imagen radiográfica post operatoria  medio lateral:
placa en fractura de radio perro


Como puede apreciarse, se aplicaron 8 tornillos, y aunque parezca que hay un tornillo en el foco de fractura, en realidad está colocado muy cerca y monocortical, para evitar dejar un punto de debilidad en la placa.
Veamos ahora la imagen antero posterior:

placa radio canino

La colocación de la placa no es absolutamente perfecta, pero era primordial hacer un abordaje escaso y dañar lo mínimo posible los tejidos blandos. Por la misma razón se respetaron los fragmentos sueltos,  que de otro modo no habrían quedado sin sujección.

La estabilidad anatómica y el control de la infección fueron suficientes y la evolución del paciente fue muy buena. En pocos días el paciente estaba apoyando la extremidad,  y no hubo complicaciones post quirúrgicas.

Como viene siendo habitual, al mes de la cirugía realizamos un control radiográfico en el que ya se aprecian los primeros signos de consolidación.
Esta es la vista medio lateral  que nos confirma que la cicatrización evoluciona adecuadamente:

placa antebrazo perro

En la imagen radiográfica da la sensación de que el carpo está un poco hinchado, pero la movilización de la articulación no era dolorosa y el proceso era debido a una dermatitis por lamido que se controló fácilmente. De continuar con esta evolución favorable, en pocos meses la consolidación se habrá completado.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Tumores óseos


Tumores óseos


El osteosarcoma OTS es el tumor óseo primario (y maligno) más frecuente en perros, y se diagnostica en el 80-90% de los casos. Pueden afectar tanto al esqueleto apendicular como al axial, y se caracterizan por una infiltración local agresiva y una diseminación rápida vía sanguínea, generalmente a los pulmones.

 Los OTS de extremidades tienen predilección por las metáfisis de los huesos largos, especialmente en húmero proximal, radio distal, fémur distal y tibia proximal (“lejos del codo y cerca de la rodilla”) son tumores que no saltan articulaciones, no suelen afectar a huesos próximos (si invade al cubito no suele invadir el radio) y son dos veces más frecuentes en las extremidades anteriores.

En el perro, los OTS aparecen, fundamentalmente, en razas grandes o gigantes y son tumores muy raros en perros menores de 15 kg. La edad media de presentación es de 7 años, pero existe una distribución bimodal con picos a los 2 y 9 años.  Los machos están ligeramente más  predispuestos a padecer este tipo de tumor, aunque en San Bernardo, Dogo y Rottweiller se diagnostica con mayor frecuencia en hembras.

Veamos algunos ejemplos, en primer lugar presento un osteosarcoma de húmero:



osteosarcoma hombro canino



Y ahora presento la imagen de un osteosarcoma de tibia:


osteosarcoma rodilla canino


 El principal síntoma de los animales con OTS es la aparición de una cojera con dolor. Generalmente, la cojera aparece de forma progresiva, aunque puede ser aguda si se asocia a fracturas patológicas. Casi el 100% tendrán metástasis, pero aunque solo sean visibles en un 10% al detectar el tumor, el otro 90% aparecerá tras la amputación. La amputación como única medida sólo proporcionará 3-4 meses de vida, si además aplicamos quimioterapia el porcentaje de supervivencia se eleva a 11-13 meses de media y hasta un 6-20% sobreviven dos años.


En el gato, los tumores óseos son muy poco frecuentes. Afectan a animales mayores  (> 10 años), sin existir predisposición de raza o sexo. Aparecen con mayor frecuencia en extremidades, fundamentalmente posteriores.  Los OTS en el gato también son menos agresivos que en el perro y su tendencia a la metástasis es menor del 20%.


Para tratar de condensar toda esta información en un caso concreto, expongo la historia clínica de un paciente felino, hembra, de 5 años, con una cojera de la extremidad anterior, que presenta una deformidad dolorosa en su mano derecha, y al hacer el estudio radiográfico nos encontramos con esta primera imagen:


sarcoma metacarpo felino



Es evidente que hay un crecimiento anómalo en las falanges, pero necesitamos la otra vista radiográfica para concretar un poco más, y se obtiene la siguiente imagen:


tumor carpo  metacarpo falange felino


Se aprecia un crecimiento anómalo, en las falanges del tercer dedo, con destrucción de la estructura ósea normal, que evidentemente es un tumor, pero no encaja en el patrón típico del osteosarcoma. Es un gato, tal vez demasiado joven, y no es una localización habitual, aunque no invade la articulación y no afecta a huesos vecinos.

El siguiente paso fue hacer un estudio radiográfico completo del tórax de este paciente, con vistas latero lateral derecha, ventro dorsal y latero lateral izquierda, pero no se apreciaban signos de metástasis ni nada anómalo.

Podría hacerse una biopsia y esperar a que el laboratorio nos dijese que tipo de tumor era, pero se prefirió hacer una amputación amplia, cortando incluso parte del tercer hueso metacarpiano, y enviar todo al laboratorio para conocer la naturaleza del tumor y el pronóstico del paciente.

En el estudio radiográfico inmediato tras la cirugía, ésta es la vista medio lateral:


amputación dedo gato


Y esta es la vista antero posterior de la extremidad del paciente, donde se aprecia incluso la línea de corte en el siguiente hueso metacarpiano:


extirpación tumor dedo gato


El resultado del laboratorio fue:

Diagnóstico: Sarcoma digital de células gigantes con afectación del hueso subyacente.

Pronóstico: Reservado-Menos grave.

Comentarios: Tumor mesenquimal que muestra una malignidad local, es decir, la posibilidad de recidiva suele ser alta mientras que la posibilidad de metástasis a distancia es menor. El tratamiento indicado es la resección quirúrgica completa de la lesión dejando amplios márgenes de tejido sano de seguridad (amputación, tal y como se ha realizado) y realizar un seguimiento periódico del animal.