domingo, 13 de octubre de 2013

Amputaciones


Amputaciones


Personalmente considero que toda amputación implica una pequeña derrota. Como cirujanos deberíamos poder solucionar todo tipo de traumatismos y en caso de no poder solucionarlos, siempre podemos remitirlos a un compañero con más experiencia, pero en ocasiones la naturaleza de la lesión no permite una reparación quirúrgica por daños neurológicos irreparables o infecciones incontroladas. Ante una situación así, cuando la amputación es la única alternativa prefiero aceptar la derrota en la batalla pero ganar la guerra, salvando la vida del paciente.

Y esa es la razón de este artículo, quiero desmitificar el miedo que hay ante una amputación. Nuestros pacientes no tiene prejuicios y se adaptan mucho mejor que sus dueños a la nueva situación, de modo que en muchas ocasiones la cuestión es convencer al propietario de que su mascota podrá tener una vida feliz,  para lo cual adjuntaré algunos ejemplos.

En primer lugar comentaré el caso del siguiente gato:



parálisis plexo felino


Este paciente no tiene ningún tipo de sensibilidad dolorosa en su extremidad.  Hay un déficit neurológico  por una parálisis completa del plexo braquial.
Cuando el paciente está en estación el miembro cuelga flácido con el dorso de la mano apoyado sobre el suelo (lesión del nervio axilar). La posición característica es de un "codo caído" con flexión carpal, de modo que el miembro afectado puede parecer más largo que la extremidad normal.
El dorso de la mano a menudo es arrastrado sobre el piso, produciéndose excoriaciones graves a nivel de esta zona.

Se trata de un daño neurológico irrecuperable, ese paciente arrastrará la extremidad continuamente, produciendo lesiones crónicas en carpo y columna, además el peso de la extremidad será un lastre que no necesita. 
Una vez determinado que la amputación es la única opción, se realiza la cirugía:


amputación pata gato


Hace algunos años, solía hacer este tipo de cirugías cortando por la articulación del hombro y conservaba la escápula, pero la posterior atrofia muscular producía una espina de la escápula muy prominente y antiestética, por lo tanto he cambiado la técnica y ahora elimino también la escápula, logrando resultados mucho mejores desde el punto de vista estético.

El siguiente ejemplo es un gatito joven, con sintomatología muy similar, que también arrastraba su extremidad anterior,  por lo tanto, ante la falta de respuesta neurológica se decidió la amputación para evitar las lesiones continuas del miembro,  y se le realizó la misma cirugía:


amputación pata delantera gato


Soy consciente de que la primera  imagen del post operatorio inmediato es dura, pero luego la recuperación del paciente es muy buena, y a los pocos días el aspecto del paciente ha cambiado totalmente, como puede apreciarse en la siguiente imagen:


amputación felina


… Es posible que alguien se cuestione su capacidad para moverse y jugar, pero precisamente ese es uno de los objetivos de este artículo, por lo tanto aportaré un vídeo que demuestra su movilidad:






Hemos apreciado que  incluso con tres patas es un gatito alegre, y no puede resistirse a jugar con una pelota,  sin plantearse si tiene alguna limitación.



amputación felino


Este tipo de pacientes al crecer son animales totalmente normales, que pueden ser la mascota perfecta si se les da una oportunidad, si tienen una casa de acogida y no necesitan cazar para vivir, y como animales de compañía son tan cariñosos y juguetones como cualquier otro.

El siguiente ejemplo es un desafío todavía mayor, se trata de un gatito muy pequeño recogido de la calle, con una gangrena seca de su extremidad posterior, al que como último recurso se le amputa dicha extremidad.


amputación felina


Nuevamente la imagen del post operatorio inmediato es dura, pero poco tiempo después el paciente ya está en pié, y nos demuestra que es un luchador, y que quiere vivir:


amputación felino


Las amputaciones del miembro posterior resultan más traumáticas para el paciente que cuando se trata del miembro anterior, pues el abdomen está desplazado caudalmente y la extremidad sana debe soportar proporcionalmente más peso que si fuese una amputación del miembro anterior, pero además, en fases iniciales, el paciente tiene la dificultad añadida de que necesita flexionar la extremidad para orinar y defecar, lo cual resulta complicado, pero con un poco de tiempo llegan a controlarlo con normalidad, y pueden llegar a ser animales igualmente hermosos:


amputación miembro posterior gato


Es probable que después de estos ejemplos, mis lectores comprendan que si es necesario, se puede amputar una extremidad a un paciente felino y garantizar que el animal podrá tener calidad de vida, pero muchos se preguntarán si con los pacientes caninos ocurre lo mismo, por lo tanto mi último ejemplo es de una perra de raza galgo español que después de muchas complicaciones sufrió la pérdida de una extremidad posterior, y sus dueños se preguntaban si era lícito privar a un galgo de la posibilidad de correr, pero alentados por nuestros consejos decidieron dar una oportunidad a su mascota.  
Esta es la imagen del paciente tras la cirugía:



amputación canina


Y ahora pondré un video de este mismo paciente a las dos semanas de la intervención en la que se le puede ver feliz corriendo por la playa, y a pesar de que todavía no le ha crecido el pelo de la zona rasurada para la intervención, no hay ninguna duda de que puede ser un galgo corredor tan feliz como cualquier otro, a pesar de la cirugía.





Ante ejemplos así, no me cabe la menor duda que tras la cirugía éstos pacientes pueden ser animales totalmente felices, y aunque inicialmente resulte duro (para sus dueños) necesariamente deberíamos recomendar la amputación como el menor de los males, y ese es el objetivo de este artículo.


jueves, 3 de octubre de 2013

Fractura de tibia

Fractura de tibia


En esta ocasión nuestro paciente es una hembra de  Jack Russell terrier de 1 año y 7 kg que había sido atropellada y presentaba la siguiente fractura:


fractura oblicua de tibia



fractura oblicua de tibia


Viendo las imágenes anteriores apreciamos que se trataba de una fractura diafisaria oblicua y conminuta de la tibia derecha, que también afecta al peroné.

Como siempre, ante una fractura, hay varias opciones quirúrgicas y no necesariamente una única solución, pero puesto que la fijación interna ofrece generalmente mejores resultados con post operatorios más simples y recuperaciones más rápidas, suelo proponer como primera opción una placa de osteosíntesis.

El abordaje a la tibia se realiza por la cara medial, y como principal dificultad debe respetarse el recorrido de las ramas craneales de la vena safena  medial junto con la arteria y el nervio safeno, que cruzan oblicuamente la diáfisis tibial.

Para este paciente, se puso una placa de neutralización de 2,7 mm, colocando dos tornillos en la parte proximal, dejando tres huecos vacíos y luego colocando luego otros tres tornillos en la parte distal. La zona central se refuerza con una aguja de Kirschner, y dos cerclajes.

(Si os fijáis en la siguiente placa, intenté poner otro tornillo en la zona proximal pero el hueso se astilló y el tornillo perdió el anclaje en la rosca, esa fue una de las razones por las que tuve que poner dos cerclajes, para reforzar la fijación.)


agujas y cerclajes en fractura de tibia



fractura de tibia con agujas y cerclajes


El contorneado de la placa es bueno en la imagen lateral, aunque la alineación no sea perfecta, pero la fijación es estable, y suficiente para lograr la cicatrización.

A partir de la cirugía, el paciente debe recibir un estricto control de su actividad física, con movilización pasiva de la extremidad y paseos siempre con correa, para permitirle caminar, apoyando la extremidad (generalmente empiezan a apoyar al segundo ó tercer día) pero sin que pueda correr, saltar ó subir y bajar escaleras.

Veamos las primeras radiografías de control al mes de la cirugía:


fractura de tibia con agujas y cerclajes en perro


fractura de tibia con agujas y cerclajes en canino



Apreciamos que el hueso está cicatrizando muy bien. El paciente tenía un buen apoyo, e incluso era necesario restringir su actividad física para evitar un sobreesfuerzo en fases demasiado precoces.

Se continuó con paseos con correa y ejercicio controlado hasta la siguiente revisión y éstas son las imágenes de control a los dos meses de la cirugía:


agujas y cerclajes en canino



fractura de tibia con agujas y cerclajes en canino

A pesar de que no se logró una reducción perfecta, y había un gran defecto en la zona diafisaria cental, donde además la placa no tenía tornillos, se cumplían los principios básicos de la osteosíntesis, con una fijación interna rígida, un buen control de la infección y una movilización precoz que permitieron una rápida recuperación de la funcionalidad de la extremidad, y potenciaron cicatrización.


A  partir de este momento, debe incrementarse progresivamente la actividad física del paciente, hasta lograr la total recuperación de la extremidad.