sábado, 12 de septiembre de 2015

Células madre




Células madre


En este artículo, después de la vuelta de las vacaciones estivales, en lugar de describir una fractura y su tratamiento, haré un repaso a algunas de las técnicas disponibles para tratar la osteoartrosis.

La osteoartrosis es una enfermedad articular degenerativa que produce daños en la matriz del cartílago, que tiene también un componente inflamatorio y produce una abrasión del cartílago con formación de hueso nuevo en la superficie articular, que origina un daño funcional de la articulación,  con pérdida de rango articular, inestabilidad y dolor.

Dentro de las técnicas empleadas para tratar la osteoartrosis están por una parte los tratamientos convencionales con antiinflamatorios, control del peso, reposo, condroprotectores, fisioterapia, etc  y por otra parte las nuevas técnicas que pretenden aportar productos intraarticulares para mejorar ese daño en el cartílago ó disminuir la inflamación.

Los productos inoculados  van evolucionando continuamente. Se han empleado corticoides de larga acción ó acido hialurónico, pero desde hace unos años se investiga con nuevos productos como los concentrados de plasma rico en factores de crecimiento o las células madre.

Los concentrados de plasma tienen la ventaja de que pueden prepararse en la propia clínica. Se extrae una cantidad de sangre,  (4ml/10kg)  que se mete en una centrífuga de altas revoluciones, luego se extrae la fracción plasmática rica en plaquetas,  se activa con cloruro cálcico para liberar los factores de crecimiento que están dentro de las plaquetas y se inyecta en condiciones de esterilidad.  Estos concentrados de plaquetas aportan factores de crecimiento  y se utilizan para favorecer la cicatrización en lesiones de huesos o tendones, y en ocasiones se asocian a intervenciones quirúrgicas para acelerar la cicatrización.

Las células madre son una de las opciones más recientes. Aunque inicialmente fueron aisladas de médula ósea, pueden potencialmente ser aisladas  de una gran variedad  de órganos y tejidos, pero la opción más simple es a partir de tejido graso que puede extraerse de la región abdominal. Aunque a diferencia de los factores de crecimiento en este caso sí que necesitaremos un laboratorio externo que colabore con nosotros y realice el proceso de obtención y preparación de esas células madre.

En el animal adulto, las células madre se definen como una población de células clonagénicas, adherentes y fusiformes, que forman colonias, con gran capacidad de regeneración, cuya función es  reponer el desgaste celular, desde un estado multipotente que les permite diferenciarse en distintas poblaciones celulares (tejido óseo, adiposo, endotelial, catílago, etc)  según estímulos del propio entorno.

Aunque en principio podría pensarse que las células madre pueden ser útiles para todos los tejidos y todas las enfermedades, sabemos que no son útiles en lesiones medulares, enfermedad renal, daños en retina, glaucoma, diabetes, asma. Pero en contrapartida están siendo muy útiles para daños en ligamentos y tendones, daños en cartílagos, y artrosis avanzadas por displasias de cadera, codo, etc.

Se utilizan por su actividad proliferativa, antiinflamatoria y moduladora de la respuesta inmunitaria. También pueden reducir la muerte celular por apoptosis en los tejidos dañados y administradas por vía intraarticular son capaces de migrar específicamente al lugar de la lesión y anidar en el cartílago dañado.

Y  tras este breve resumen, veamos un ejemplo práctico que puede ayudarnos a entender su utilidad clínica.

Nuestro paciente en esta ocasión es un perro de aguas, de 7 años y 20 kg de peso con un grave problema de artrosis y pérdida de rango articular. No es excesivamente viejo ni está excesivamente gordo, pero hay una cojera evidente. Las caderas fueron intervenidas en su momento y no dan problemas pero los codos están inflamados y hay dolor. Veamos las radiografías de control:


osteoartrosis canino

osteoartrosis canina

 

Es evidente que la osteoartrosis está muy avanzada, y pocas son las opciones terapéuticas para este paciente. En casos así, la mejor opción sería la prótesis de codo, pero si no resulta posible, el tratamiento convencional con antiinflamatorios y reposo no va a ser suficiente.

Una opción terapéutica novedosa puede ser hacer infiltraciones, buscando un efecto antiinflamatorio e inmunomodulador, que podemos lograr con las células madre.

Desde el punto de vista radiológico no habrá grandes novedades, pero desde el punto de vista clínico sí que habrá una gran diferencia. Las infiltraciones de células madre, solas o combinadas con factores de crecimiento producen una mejoría en la calidad de vida del paciente y hay propietarios dispuestos a intentarlo.

No hay estudios que nos digan durante cuánto tiempo se mantendrá el efecto pues son técnicas todavía muy novedosas, pero sabemos de perros infiltrados hace dos años y que todavía no han necesitado repetir, aunque no todos los casos han tenido la misma eficacia. El problema es que hay pocos casos y con mucha variabilidad, pues además del grado de artrosis influye el grado de congruencia articular, y supongo que la raza y el peso del paciente también pueden influir.

Volviendo a nuestro paciente. Para la infiltración nos ponemos en contacto con el laboratorio y tenemos la opción de extraer unos 15 gramos de grasa abdominal (algo así como una pelota de ping pong) que enviamos de forma estéril al laboratorio y en unas dos o tres semanas nos enviarán las colonias de células madre ya preparadas para su infiltración, (transplante autólogo) o tenemos la opción de pedir directamente al laboratorio las células madre obtenidas previamente de otro paciente y cultivadas en el laboratorio, (transplante heterólogo).


En ambos casos, recibiremos las células refrigeradas, y hay que dejarlas un rato a temperatura ambiente. También hay que agitar suavemente la solución para que sea homogénea. La administración se puede hacer con aguja azul (23G) ó amarilla (20G). En el post operatorio daremos antiinflamatorios durante tres o cuatro días, y aunque no es preciso dar antibióticos, yo sí los puse. Sabemos por casos anteriores que la mejoría clínica comienza a notarse desde la segunda o tercera semana, pero de momento no hay estudios suficientes que nos permitan predecir cuánto tiempo durará.