domingo, 12 de febrero de 2017

Fractura de fémur proximal en gato




Fractura de fémur proximal en gato


Tal y como el título indica, en esta ocasión nuestro paciente es un gato. Se trata de un macho adulto de 5 kg de peso y 3 años, que se ha ido de paseo y ha vuelto a los dos días con una clara cojera de su extremidad posterior derecha.

En la exploración clínica ya se nota inestabilidad en la región del muslo y al  hacer el estudio radiográfico nos encontramos las siguientes imágenes:



fractura de fémur felino



fractura de fémur felino





Se trata de una fractura metafisaria proximal oblicua del fémur derecho, en un paciente adulto difícil de controlar porque está habituado a salir para dar grandes paseos y los dueños no están muy decididos a encerrarlo.


Reconozco que cuando la colaboración de los propietarios es dudosa me cuesta más proponer una solución quirúrgica pero si no queremos que el paciente esté sufriendo meses hasta que cicatrice mal, la cirugía puede ser un excelente atajo para que el paciente sufra menos y se recupere antes.


En este caso los fragmentos parecían fácilmente reducibles y una placa debería ser una solución más que suficiente, pero para facilitar la reducción y para fortalecer la fijación puse también una aguja intramedular que añadiese un poco más de rigidez a la estructura, puesto que  sabía que el paciente no tendría el reposo adecuado.

Veamos las radiografías del control post operatorio:


placa y aguja kirschner en fémur felino

placa y tornillos en fémur felino


Aparentemente todo estaba muy bien, a pesar de ello insistí muchísimo en que el paciente debería estar en reposo, y de lo importante que era que no le permitiesen salir a la calle, y que lo mantuviesen en un espacio cerrado y pequeño.


Supe que al principio me hicieron caso y el gato estuvo dentro de casa, encerrado en su transportín la primera semana y luego corriendo y saltando por la habitación de invitados dos semanas más. 
También supe que luego se escapó y volvió cojeando, pero no lo trajeron a revisión y simplemente volvió al transportín primero y luego a la habitación de invitados hasta que consideraron que ya caminaba bien y volvió un día a la clínica, momento que aproveché para hacer las radiografías siguientes:



callo óseo fémur felino



placa y clavo intramedular gato



No es el final que me esperaba, pero a pesar de todo la fijación ha aguantado, se ha formado un callo cicatricial, el paciente no cojea, hay buena alineación de los fragmentos y los dueños están más concienciados en controlar a su gato.