Luxación
hueso carpo radial en el gato
La luxación del hueso carpo
radial no es una patología muy frecuente, pero puede aparecer tanto en el perro
como en el gato y suele estar provocada por un salto ó una caída desde una gran
altura.
Nuestro paciente es un gatito,
que se escapó de casa, y al volver presentaba una cojera de no apoyo de su
extremidad anterior izquierda.
Comenzamos con el estudio
radiográfico y obtenemos las siguientes imágenes:
Se trata de una luxación del
hueso carpo radial, que ha migrado a una posición caudal y provoca una
inestabilidad del carpo del paciente.
La reducción durante la
cirugía fue bastante complicada, pues el fragmento no sólo estaba desplazado
hacia caudal, sinó que además estaba un poco rotado, y era bastante complicado
manipularlo en el hueco que queda entre el radio y la segunda fina de huesos
del carpo, pero con unas pinzas muy finas y un poco de paciencia, finalmente se
logró volver a recolocar el hueso carpo radial en una posición fisiológica, y
luego, para fijarlo en el sitio correcto, el plan inicial era colocar un
tornillo, pero en ese gato el hueso carporadial era tan estrecho que sólo fue
posible poner una aguja de Kirschner de 1 mm, cruzando longitudinalmente el
hueso carporradial y fijándolo al hueso carpocubital.
Veamos las rx de control
post operatorio:
Podría pensarse que es una
fijación insuficiente, pero no hay espacio para más implantes, y está
demostrado que esa aguja cruzando el hueso carporadial y anclándose en el hueso
carpocubital puede funcionar bien.
En algún artículo se menciona que es necesario reparar también el ligamento colateral medial e incluso colocar un fijador externo al menos un mes, pero en este gato al colocar la aguja, parecía que había suficiente estabilidad en el carpo y como era un animal muy pequeño decidí no poner más implantes, sólo reforcé el ligamento colateral medial con una sutura y valorar la evolución, que fue muy buena. De hecho, el paciente empezó a apoyar en pocos días, y aunque estuvo confinado en una jaula, durante al menos un mes, su recuperación fue muy positiva.
Si fuese un perro, no habría sido tan optimista y habría reforzado el
ligamento colateral medial y puesto el fijador externo.