Fractura antigua de cadera en gato
Las
fracturas de cadera no siempre son fáciles de reducir, pero en caso de que sean
fracturas antiguas, y por fracturas antiguas entendemos que ya han pasado más
de dos semanas desde el traumatismo que origina la fractura, entonces será
prácticamente imposible reducirlas, pues la fibrosis creada y la retracción
muscular impedirán cualquier intento de reducción.
No es muy
habitual recibir pacientes con fracturas antiguas pues se les suele advertir a
los propietarios que si no se interviene cuando la fractura es reciente luego
ya no será posible repararlas.
Generalmente
este tipo de fracturas suelen aparecer en animales abandonados que han sufrido
un accidente hace tiempo y posteriormente son recogidos por alguna protectora
que los trae para intentar reparar los
daños.
Lógicamente
en este caso nuestro paciente es un gato recogido en la calle por una
protectora, que tiene una fractura antigua de cadera, y presenta un estado
lamentable.
Se trata de
un gato callejero, macho sin castrar, con una fractura antigua de cadera, y una
cojera de no apoyo de su extremidad posterior izquierda. Hay una gran reacción
ósea en la zona de la fractura y un importante estrechamiento del canal
pelviano por la impactación del acetábulo en el lado izquierdo.
El paciente
mantiene en alto su extremidad posterior izquierda, con una importante atrofia
muscular de ese lado y una grave fibrosis que impide articular la extremidad. Además
es un gato muy agresivo y no es posible manipularlo, de hecho, para hacer estas
radiografías fue necesario sedarlo y ni siquiera bajo sedación fue posible
extender la extremidad izquierda.
En este
tipo de fracturas es también muy frecuente que el estrechamiento del canal
pelviano dificulte la defecación y en ocasiones se produce un megacolon que
puede llegar a ser muy grave. Veamos la radiografía lateral para valorar la
situación:
Todavía no
hay un megacolon muy marcado pero ya tiene problemas de estreñimiento. Ante una
situación tan crónica es difícil aportar una solución que permita resolver los
problemas de este paciente. No es posible hacer una reparación clásica de
esa cadera reduciendo las fracturas y
colocando una placa que desde ilion craneal realinee la cadera y fije todo por encima del
acetábulo.
Tampoco es
posible pensar en una recuperación de la extremidad, puesto que la fibrosis es
tan grande que ni siquiera con el paciente dormido se puede extender, y además
es un gato muy agresivo que no permitirá una rehabilitación clásica.
Ante una
situación así, es difícil encontrar una buena alternativa. En una ocasión leí un
artículo que proponía en situaciones como ésta eliminar un tercio del intestino
grueso para evitar la reabsorción de líquidos y que las heces sean más blandas,
facilitando su evacuación. Considero que no es la mejor opción.
Otra
alternativa (propuesta por Richard Denny hace años) consiste en hacer una
osteotomía en pubis para incrementar el diámetro pélvico, tal y como se muestra
en la siguiente imagen:
No estoy
muy seguro de que se puede poner en la sínfisis púbica para mantener la
apertura, probablemente una placa de titanio (ahora que ya existen), pero en
este paciente no sería una buena alternativa porque la extremidad ya no es
recuperable.
Considero
que sólo se puede emplear esta técnica si el acetábulo está intacto, aunque
esté hundido, pues garantiza la movilidad de la extremidad, pero en nuestro
paciente la fractura interesa al acetábulo y la fibrosis bloquea la
articulación por lo tanto se tomó una decisión más drástica.
Se le
amputó la extremidad posterior izquierda
pero también se le amputó parte de la cadera de ese lado, de modo que
desapareció el estrechamiento pelviano, se evitó el megacolon, y el paciente
siguió caminando a tres patas, pero sin dolor, sin dificultad para defecar, y empezó
a ganar peso y a mejorar su estado físico.
No se
eliminó totalmente la hemipelvis izquierda, porque consideré que dejando Ilion
craneal e Isquion caudal, se mantenía la simetría de la cadera, dejando espacio
para fijar la masa muscular que cierra el defecto, a la vez que impide el
colapso del canal pélvico.
Afortunadamente
se trata de una fractura poco habitual, pero de la que hay muy poca información
sobre las mejores técnicas aplicables a las distintas situaciones, y aunque he
aportado varias opciones posibles estoy seguro que puede haber otras.
Es probable
que algún compañero haya hecho una resección de parte del intestino, o tal vez
otro haya hecho una triple osteotomía, e incluso alguien puede haber aplicado
la técnica de abrir la sínfisis púbica, o cualquier otra variación menos
conocida.
En este
caso me gustaría abrir un pequeño diálogo, de modo que invito a cualquiera que
tenga experiencia en casos así, que deje un comentario exponiéndonos su solución ante este tipo de situaciones y como
ha resuelto una fractura antigua de cadera con estrechamiento del canal
pelviano.