Fractura de fisis
proximal de tibia
Cuando pensamos en fracturas de tibia proximal, es fácil
pensar en primer lugar en las fracturas de Osgood Schlatter, que son las típicas
avulsiones de la cresta tibial en perros jóvenes (*Ver entrada de 19 octubre
2014, en este mismo blog), pero hay además otras fracturas que afectan a la
línea de crecimiento proximal de la tibia, que son más infrecuentes, y pueden
parecer más difíciles de tratar.
Tradicionalmente, estas fracturas de la fisis proximal de la
tibia se fijan con agujas de kirschner cruzadas y el pronóstico suele ser de
reservado a favorable, si se logra una buena reducción (el fragmento roto puede
ser muy pequeño) y sin dañar la línea de crecimiento.
Para ilustrar este artículo, traigo el caso de un cachorro de
Siberian Husky, de 4 meses que presenta una cojera de su extremidad posterior
izquierda.
Tras la exploración inicial parece que el paciente presenta dolor a
nivel de la rodilla y se empieza el estudio radiológico con una vista medio
lateral de la extremidad posterior:
Reconozco que es muy difícil ver una lesión en esta primera
imagen, pero puesto que el paciente tenía el dolor bastante localizado se
repitieron las radiografías hasta poder encontrar algo patológico:
Después de estas imágenes ya se puede diagnosticar que hay
una fractura en la fisis proximal de la tibia. En la imagen anteroposterior se
ve un pequeño fragmento en la parte medial, y en la imagen lateral se ve un
incremento del espacio en la línea de crecimiento.
Puesto que son fragmentos muy pequeños decidí no fijarlos
directamente con agujas, sinó que me pareció una idea mejor fijar el tendón
rotuliano, que es el punto de máxima tensión y dejar sin tocar el resto para no
dañar la línea de crecimiento.
Veamos las radiografías del control post operatorio.
Es probable que sorprenda que no se ha fijado el fragmento
proximal, pero si se mantiene la fijación en la cresta tibial todo lo demás
puede soldar simplemente por la presión del fémur sobre el plato tibial.
Puesto que es un cachorro muy joven, a las tres semanas se
hizo una radiografía de control y se obtiene la siguiente imagen:
La fractura estaba cicatrizando muy bien, pero el rápido
crecimiento estaba provocando una desviación del plato tibial, y era el momento
de retirar el cerclaje.
En un primer momento se retiró sólo el cerclaje y se
conservaron las agujas para evitar una avulsión de la cresta tibial en fases
tempranas de cicatrización, y se esperaron otras tres semanas antes de retirar
totalmente los implantes.
Una vez retirados todos los implantes, se le pudo dar el alta
al cachorro, que podrá seguir creciendo, ya con total normalidad.