Fractura de tibia
Las fracturas de tibia en gatos suponen el 21% del total de
las fracturas de huesos largos en gatos, detrás de las fracturas de fémur y las
fracturas de cúbito y radio.
Dentro de las fracturas de tibia, las más difíciles de estabilizar
y también las más difíciles de cicatrizar son las fracturas distales, porque
suele quedar poco espacio en el fragmento inferior (como en las fracturas de
cubito y radio distal) y además la cobertura de tejidos blandos es escasa en
esa zona, y eso implica un menor aporte sanguíneo, que puede ralentizar la
cicatrización. (también como en las fracturas distales de cúbito y radio)
Nuestro paciente en este caso es un gato Maine Coon, que
saltó de un segundo piso y presenta una fractura de tibia. Veamos las
radiografías de preoperatorio:
Es evidente que el animal presenta una fractura diafisaria
oblicua de tibia derecha. Pero además en la primera imagen se aprecia una clara
displasia de cadera bilateral (bastante común en los gatos de razas gigantes).
Este tipo de fracturas tienen varias opciones terapéuticas
diferentes y todas igualmente válidas, pero en esta ocasión elegí una placa de
elongación, sin agujeros en la zona central y con tornillos de bloqueo,
colocando 4 tornillos en cada fragmento.
Y estas son las radiografías del control post operatorio
Como puede apreciarse en la imagen anterior se hizo un
modelado de la placa para adaptarse al contorno del hueso y traté de poner una
placa larga para evitar el efecto palanca que se produce si en un hueso largo
se pone una placa muy corta. Hay cuatro tornillos en cada fragmento y una zona
central sin agujeros donde se aprecian dos tornillos tirafondos que se
emplearon para reducir la fractura.
Puesto que la reducción es buena y la fijación es estable, si
se hace un control post operatorio adecuado, el pronóstico es muy favorable y
debería cicatrizar sin problemas.