Fractura de la fisis proximal del húmero
Aunque en este blog suelo presentar artículos muy variados,
me he dado cuenta que llevo dos entradas seguidas hablando de fracturas de
húmero, primero de la metáfisis humeral y luego del tercio distal, por lo que
he considerado que sería bueno para completar este pequeño monográfico,
totalmente improvisado, comentar algo sobre las fracturas del húmero proximal,
que suelen ser muy poco frecuentes, y sobre las que hay pocos artículos
publicados.
Nuestro paciente es un perro de aguas español de 8 meses y 22
kg de peso que ha dado un salto desde gran altura y viene con una marcada
cojera de su extremidad anterior derecha. Comenzamos el estudio radiológico y
obtenemos la siguiente imagen:
A pesar de que la calidad radiográfica no sea perfecta, se
aprecia una fractura Salter Harris tipo I de la fisis proximal del húmero
derecho.
La fisis proximal está formada por dos núcleos de osificación
independientes, que se funden y formal la superficie articular de la cabeza del
húmero y también el trocánter mayor. Es importante saber esto porque la
manipulación del fragmento proximal debe ser cuidadosa para evitar que se
separe en dos mitades, que dificultarían muchísimo la reducción y fijación de
los fragmentos. En este caso, como ambos fragmentos estaban unidos, una vez
hecha la reducción, bastó con colocar tres agujas de Kirschner desde el
trocánter mayor para lograr una buena estabilidad y funcionalidad de la
extremidad.
Veamos la radiografía de control post operatorio:
En la imagen anterior se aprecia todavía el tubo traqueal,
pero lo importante es que podemos ver que hay una buena reducción. Hay que
comprender que la fuerte musculatura de la zona dificulta la manipulación de
los fragmentos, también es importante ser cuidadosos para no separar la fisis
proximal en dos porciones, y por último señalar que la zona mas caudal de la
cabeza humeral es superficie articular donde evitaremos colocar implantes.
Una vez realizada la cirugía, enviamos el paciente para casa,
insistiendo en la restricción de ejercicios hasta que el hueso haya
cicatrizado. Generalmente la fisis humeral proximal suele cerrar cerca del año
de edad del perro, por lo que no esperamos una evolución muy rápida. Veamos la
primera revisión radiográfica, al mes y medio de la cirugía:
El paciente tiene una buena movilidad y un apoyo excelente
pero como imaginábamos la línea de crecimiento todavía no ha cerrado y debemos
ser cautelosos con el ejercicio para evitar sorpresas.
Veamos la siguiente revisión radiográfica, tres meses después
de la cirugía:
En este caso ya sí que podemos afirmar que se ha alcanzado la
curación. La fractura ha consolidado sin problemas, el paciente está bien, y
sólo pensaremos en quitar los implantes si en el futuro comienzan a migrar y a
molestar al paciente.