Artrodesis
parcial del tarso
Nuestro paciente es un perro
bastante grande, pesa 38 kg y llega a la clínica con una cojera del miembro
posterior izquierdo. Tras la exploración inicial, en la primera imagen
radiográfica se observa una inflamación del tarso.
Esta imagen no es diagnóstica, pero como siempre, es
necesario hacer las dos vistas radiográficas para tener una idea tridimensional
de la articulación.
Tras esta segunda imagen ya
podemos decir que el paciente tiene una lesión de los ligamentos plantares de
la articulación intertarsiana proximal. Este tipo de lesiones no tienen una
buena recuperación sin cirugía, y la mejor opción es proponer una artrodesis
parcial del tarso. La articulación tarso crural representa el 80% de la
movilidad del tarso, y la podemos respetar, por lo tanto, sólo se pierde una
pequeña parte de la movilidad total de la articulación.
Veamos las radiografías post
operatorias:
Como puede apreciarse en las
imágenes anteriores, se puso una placa en la cara lateral del tarso, en este
caso es una placa recta de artrodesis de carpo, que lleva agujeros de distinto
tamaño, que nos permiten poner tornillos de 3,5 mm en los huesos del tarso, y
tornillos de 2,7 mm en los huesos metatarsianos.
Es importante en este tipo
de cirugías, legrar la articulación y luego poner hueso esponjoso, obtenido del
húmero proximal, para lograr que los huesos lleguen a soldarse. Y también es
necesario hacer un buen cierre de la incisión, sin que haya mucha tensión en la
piel, para evitar que esa tensión extrangule los vasos sanguíneos y permita la
cicatrización. Generalmente el tarso es una zona donde la piel no está muy
holgada, y al incrementar el diámetro con el grosor de la placa, es muy
probable que la piel tenga demasiada tensión, y en la mayor parte de los casos
se necesitan incisiones relajantes paralelas a la línea de corte, para reducir
esa tensión de la piel.