Fractura
metacarpianos gato
Tras la
última entrada, después de una fractura compleja, en ésta ocasión comentaremos un caso mucho
más sencillo, referente a un gato paracaidista que tuvo un aterrizaje complicado y desarrolló
una cojera.
Evidentemente,
ante un gato paracaidista los primeros controles deben ir encaminados a valorar
los órganos vitales en primer lugar, por lo tanto, tras valorar que la situación del paciente es estable, se
mantiene en pié y no vemos un traumatismo
craneocefálico, el siguiente paso será
evaluar un posible neumotórax, que se puede ver muy bien en una radiografía, y
de paso, si obtenemos una vista completa valoraremos también una posible rotura de la vejiga urinaria, y sólo
después de asegurarnos que todo está normal, empezamos a preocuparnos por
posibles fracturas, aunque también
suelen ser frecuentes las fisuras en el techo de la boca al abrirse el paladar
duro.
En este
caso el paciente una vez estabilizado presentaba una cojera de su extremidad
anterior derecha, y al hacer la radiografía de control obtenemos la siguiente
imagen:
Tenemos
otra vista de esa misma extremidad,
aunque no necesariamente obtenemos una imagen mas clara :
Tras la
observación de ambas imágenes el diagnóstico es fractura metafisaria transversa
del tercer y cuarto hueso metacarpiano de su extremidad anterior derecha.
Aunque en
las radiografías pueda imaginarse un tamaño mayor, los huesos metacarpianos de
un gato son realmente pequeños, y para
lograr una fijación estable es suficiente con unas agujas de Kischner colocadas
retrógadamente vía intramedular, y en un paciente tan pequeño será suficiente
con agujas de 0,8 mm de diámetro, ( no es preciso colapsar toda la cavidad
medular, es mejor dejar espacio para preservar la vascularización) dejando además el borde libre doblado, para favorecer
su extracción una vez los huesos hayan cicatrizado, y éste es el aspecto que
aparece en la radiografía de control postoperatorio:
Como puede
apreciarse hay una buena realineación de los metacarpos, y una posición
anatómica mucho más fisiológica de toda la mano. El espacio que queda entre los
fragmentos no es importante puesto que las agujas de Kischner junto con los
ligamentos interóseos y tejidos blandos mantienen los extremos enfrentados. Tras un periodo de reposo, los huesos
cicatrizarán y entonces si es preciso se podrán extraer las agujas tirando de los extremos doblados.
Es probable que algunos clínicos ante un caso
así simplemente prescriban antitinflamatorios y reposo, y es posible que el paciente
igualmente cicatrice, pero no cabe duda
que de este modo la recuperación será más rápida y tendrá una osificación
más precisa y mucho menos dolorosa que si simplemente no hacemos
nada. Considero que nuestro trabajo es
intentar ayudar a nuestros pacientes y si el dueño nos lo permite, se trata de
una cirugía simple, pero que puede aportar un importante bienestar a nuestras
mascotas.