Fractura de mandíbula
Estadísticamente las fracturas de mandíbula
representan entre el 5 y el 15 % del total de las fracturas de perros y gatos,
según diversos autores, siendo más frecuentes en gatos y menos en perros,
aunque probablemente nuestras estadísticas particulares no coincidan y tal vez
veamos mas fracturas de mandíbula en perros, pero probablemente sea debido a
que muchos de nosotros tratamos en general mas fracturas en perros que en
gatos. En esta entrada describiremos el caso clínico de un paciente canino que
sufrió un traumatismo en su mandíbula inferior y presenta una deformación de la
misma.
Se trata de un mestizo (cruce de Carlino con
Bulldog Francés) de 6,5 kg que tras un traumatismo no tiene una buena aposición
de la mandíbula inferior (además de la típica hemorragia nasal y labial,
salivación excesiva, etc) y tras comprobar que el estado mental y físico del
paciente no reviste gravedad, empezamos por las radiografías de exploración
para determinar de un modo más preciso el alcance de la lesión:
La vista anteroposterior en este caso no nos
ayuda demasiado porque se superponen demasiadas estructuras, pero al menos es
útil para determinar que los arcos cigomáticos están bien y que las dos ramas mandibulares están en su sitio.
Como en todos los casos, siempre es preciso tomar dos vistas ortogonales para
tener una visión tridimensional, y ésta es la otra imagen:
Tras esta vista mediolateral oblicua podemos
finalmente diagnosticar una fractura de una rama mandibular ( la derecha, pero
no está marcada en la radiografía) tras
el canino derecho y además la sínfisis mandibular también está rota, por lo
tanto ese fragmento de mandíbula está desprendido y “cae” lateralmente.
En el tratamiento de fracturas mandibulares
hay una gran variedad de opciones, y en algunas ocasiones podemos optar por una
fijación interna con placa y tornillos ( véase la segunda entrada de abril de
2012 de este blog) pero también pueden
lograrse buenos resultados con fijadores externos para agujas de Kirschner unidas
mediante barras y rótulas ó incluso pueden unirse con resina sintética que en
animales de talla pequeña ofrece la ventaja de ofrecer una excelente fijación
mediante una estructura muy ligera, que además puede moldearse y adaptarse a la
forma deseada.
En este caso, debido a que la fractura estaba
en posición muy rostral y la raíces dentales, principalmente del diente
canino, limitaban la colocación de una
placa, se optó por un cerclaje en la
sínfisis mandibular y luego para reparar la fractura de la rama mandibular se
colocaron varias agujas de Kirschner unidas por resina sintética, tal y como
puede verse en la siguiente imagen radiográfica, todavía con el paciente
intubado:
No se creó una estructura semicircular porque
generalmente la zona más rostral suele chocar bastante con los comederos y
bebederos, por lo tanto sólo se dejaron implantes laterales que garantizan una
buena fijación de la mandíbula pero que interfieren lo menos posible en el
acceso a la comida y agua por parte del paciente.
La visión exterior que el propietario tiene
de la cirugía, en una vista ventrodorsal del paciente es la siguiente:
Como puede apreciarse se buscaba la máxima
eficiencia con las mínimas molestias posibles, y la evolución posterior del
paciente está siendo muy buena, tal y como puede apreciarse en ésta radiografía
de control tomada mes y medio más tarde.
Comparando ésta radiografía con la anterior,
tomada mes y medio antes, tras de la cirugía, podemos comprobar que la fractura
ha consolidado casi totalmente, y pronto
podremos retirar los implantes definitivamente.