Fractura de mandíbula
Se presenta en la clínica un cliente con un perro recogido de
la calle que presenta una clara deformación de la mandíbula inferior debida a
una fractura antigua, que nadie sabe cómo ni cuándo se ha producido.
Es un cruce de Yorkshire, hembra, de unos 3 ó 4 años de edad
y que al abrirle la boca se aprecia la siguiente imagen:
*He marcado con unas flechas rojas la discontinuidad en la
mandíbula para que se entienda mejor de donde procede ese fragmento suelto que
se cruza en la base de la boca y contacta con la rama mandibular del otro lado.
Al hacer el estudio radiográfico se obtuvieron las siguientes
imágenes:
El diagnóstico es fractura oblicua de rama mandibular
derecha, caudal al canino de ese lado y con desplazamiento medial del fragmento
caudal.
La rama mandibular izquierda está desplazada hacia el lado
medial porque la rama derecha está rota y no ofrece la resistencia necesaria
para centrar la mandíbula.
Para el tratamiento de esta fractura se descartó aplicar una
placa con tornillos porque la raíz de hueso canino no permite colocar tornillos
en ese fragmento y cranealmente entre las raíces de los incisivos es complicado
anclar una placa. Se pensó entonces colocar un cerclaje que aproximase los dos
fragmentos de la rama mandibular derecha y luego completar la fijación con unos
fijadores externos mediante agujas de Kirschner roscadas que permitirían una buena reducción e inmovilización.
Es importante que durante
la reducción se quite el tubo esofágico para comprobar que las
mandíbulas coaptan perfectamente y que la resolución es la adecuada.
Posteriormente se realizan las radiografías de control:
Aunque el defecto óseo era importante la reducción inicial es
buena, y el cerclaje ayuda mucho a que los fragmentos estén bien enfrentados.
De todos modos aunque las fracturas de mandíbula suelen cicatrizar bien el
pronóstico es reservado por tratarse de una fractura antigua y con un grave
defecto óseo.
En fracturas antiguas es relativamente frecuente que los
fragmentos no encajen bien, y además puede haber desequilibrios en la tensión
que soportan ambas ramas mandibulares, de modo que aunque en quirófano con el
paciente sedado todo parece estar bien, luego en la evolución posterior la
mandíbula puede desviarse un poco hacia un lado.
Para evitar desplazamientos laterales de mandíbula, en caso
de inestabilidad se pueden soldar los caninos con masilla para dientes, dejando un pequeño espacio rostral para que el
paciente pueda comer, ó incluso cerrando todo y colocando una sonda esofágica
durante un tiempo.
En este caso, debido a la naturaleza crónica de la lesión, se
les propuso a los dueños fijar temporalmente la mandíbula, soldando los caninos
y colocando una sonda pero argumentaron
que no les importaba que la mandíbula pudiese quedar un poco torcida si el
perro podía comer y no aceptaron.
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