Hiperextensión
tarsal congénita en gatos
La hiperextensión tarsal
congénita en gatos es un transtorno poco frecuente, al menos si nos fiamos de
las publicaciones, que para esta patología son muy escasas, aunque en humanos
ya ha sido descrito por Hipócrates en el año 400 a.C. (al final del artículo
incluyo la bibliografía consultada para el caso) pero sabemos que el
tratamiento conservador suele dar buenos resultados en pacientes menores de dos
meses y si el tarso es reducible al menos hasta 135º. Para esos pacientes está
indicado el tratamiento con férulas con resultados muy alentadores.
Nuestro paciente es un
gatito de poco más de dos meses, con una grave deformación de su extremidad
posterior izquierda, que dificulta mucho la marcha.
Y estas son las radiografías
previas:
Se trata de una hiperextensión
tarsal congénita unilateral, que dentro de los casos publicados es lo menos
frecuente, pues se habla en total de 6 casos (contando los tres artículos) de los
cuales en 5 fue bilateral y sólo uno fue unilateral. Además, en nuestro caso, no
es posible la reducción precisa, sin hacer un esfuerzo excesivo que el paciente
no tolera sin sedación.
El primer problema es el
tamaño del paciente, de apenas 225 gramos, lo cual condiciona la anestesia, y
se deben hacer algunas adaptaciones.
Debido a su pequeño tamaño no se intubó al paciente, sinó que se le puso una mascarilla, y para la fluidoterapia se fueron poniendo pequeños bolos de suero.
El tratamiento consistió en
la reducción forzada de la luxación (bajo anestesia general) y la colocación de
unos fijadores externos.
Se utilizaron agujas
roscadas de 1,2 mm, que son las más pequeñas que puede encontrar, y se unieron
con una pasta ligera y rígida, que sujeta todo.
La primera noche el paciente
tuvo bastante dolor, y fué necesario aplicar varias dosis de analgesia para
mitigar el malestar del gatito, pero al día siguiente ya estaba como si no
hubiera pasado nada, jugando con el tapón de la vía de suero, comiendo con
normalidad y sin mostrar nuevos signos de dolor.
A las tres semanas se volvió
a sedar al paciente para retirar los fijadores externos, y en ese tiempo el
paciente había crecido bastante y estaba usando la extremidad con normalidad.
Y esta es la radiografía de control post operatorio,
obtenida tras retirar los implantes:
La evolución fue muy buena,
y el paciente siguió creciendo y apoyando con normalidad, como se refleja en
las siguientes imágenes:
No tengo más imágenes
radiográficas, pero el paciente siguió haciendo vida normal sin complicaciones
importantes.
Como conclusiones, aunque se
trata sólo de un caso, puedo señalar que el tratamiento con fijadores externos
durante tres semanas fué muy positivo, pero es importante tener un buen control
del dolor, principalmente al principio. Además poner agujas roscadas en esos
metacarpos tan pequeños puede parecer preocupante, pero el resultado fue muy
bueno, aunque al principio los dedos estaban un poco flexionados, probablemente
porque alguna aguja rozaba un poco los tendones flexores, pero tras retirar las
agujas no hubo mayores problemas. Y finalmente considero que cuanto antes se
intervenga a este tipo de pacientes, mejores resultados se pueden lograr, pues
la flexión del tarso es muy pronunciada y la reducción implica una tensión
importante en la articulación y en los tendones y tejidos blandos circundantes.
Congenital tarsal hyperextension in three cats.
Buote NJ,
Reese CJ.J Am Vet Med Assoc. 2006 Apr 15;228(8):1200-3. doi:
10.2460/javma.228.8.1200.
Surgical correction of a bilateral congenital tarsal hyperextension deformity in a
cat.
Yardımcı C,
Özak A, Özlem Nisbet H.Vet Comp Orthop Traumatol. 2015;28(5):364-9. doi:
10.3415/VCOT-14-11-0176. Epub 2015 Aug 24.
Tratamiento quirúrgico
de hiperextensión tarsal bilateral congénita en 2 gatos Bruzzone M.C.1 ; Corral F.J.1 ; Bosco A.1
CIENCIA VETERINARIA, Vol. 18, Nº 2, julio-diciembre 2016, ISSN 1515-1883
(impreso) E-ISSN 1853-8495 (en línea), pp. 79-85 DOI:
http://dx.doi.org/10.19137/cienvet-20161826
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