martes, 25 de junio de 2024

Fractura de cúbito y radio en cachorro muy pequeño

 

Fractura de cúbito y radio en cachorro muy pequeño

 

Las fracturas de cúbito y radio son bastante comunes en cachorros, principalmente animales muy pequeños que saltan o caen desde poca altura (para los ojos de un humano adulto) pero para ellos es más de tres veces su propia altura y al caer es frecuente que se rompan algunos huesos, siendo el cúbito y radio de los más frecuentes.

Como ya he comentado en otros artículos de este blog, en este tipo de fracturas la fijación simplemente con férula y vendaje tiene un altísimo porcentaje de fracasos, (hasta el 90%) y la fijación interna, preferiblemente con placas de bloqueo es la mejor opción para lograr una buena resolución.

Y también se ha publicado en numerosas ocasiones, que este tipo de pacientes tienen mucha tendencia a perder densidad ósea por un fenómeno de sobreprotección de los implantes que debe tenerse en cuenta.

Con todas estas ideas previas, pasamos al caso que nos ocupa hoy. Es un cachorro de Pomerania, de 6 meses y 1,5 kg de peso que saltó desde un sofá y presenta una cojera de no apoyo de su extremidad anterior izquierda, con una marcada inestabilidad que ya ha sido fijada con una férula. Veamos la radiografía previa:





Es evidente que se trataba de una fractura diafisaria transversa de cúbito y radio, que sabemos que necesita fijación interna, y eso fue lo que se hizo, se le colocó una placa híbrida, para tornillos de bloqueo de 1,5 mm.

Al ser una animal tan pequeño todo parece desproporcionado, y en la siguiente imagen puede verse la placa y la comparativa con una aguja de insulina.

 



 

A pesar de ser tornillos de 1,5 mm, en la imagen radiográfica post operatoria se ven incluso un poco grandes comparándolos con el hueso de ese paciente.





Se han colocado tres tornillos en el fragmento distal, y luego otros tres más separados en el fragmento proximal, con una placa larga, para evitar el efecto palanca en el extremo proximal de la placa, y siendo cuidadosos con los tejidos blandos.

Al tratarse de un cachorro cabe esperar una buena cicatrización, y al mes de la cirugía se realizó la siguiente radiografía de control.





 

El paciente estaba caminando perfectamente, (y prácticamente pesaba lo mismo que el mes anterior)  pero si nos fijamos con detalle, la fractura del radio todavía es ligeramente visible, y lo más preocupante, el cúbito empieza a adelgazar en su tercio distal, porque no recibe suficiente carga debido a la sobreprotección de los implantes, y antes de que el proceso siga haciéndonos perder hueso se le propuso una retirada parcial de tornillos.

 

En un primer momento, con sólo una pequeña incisión en la zona adecuada, se retiraron los dos tornillos más próximos a la línea de fractura, para dar algo más de elasticidad a la placa y tratar de incrementar las fuerzas que recibe el hueso.

 





En la radiografía post operatoria se aprecia perfectamente el lugar que ocupaban esos tornillos, se aprecia la cicatrización del radio, y el adelgazamiento del cúbito distal. 

De cara al futuro, serán necesarios nuevos controles radiográficos, para valorar si el cúbito ha mejorado su densidad y su diámetro ó serán necesarias nuevas retiradas progresivas de tornillos.

Probablemente si el cachorro siguiese creciendo y ganando peso sería suficiente, pero si es un animal que ya no va a crecer más, a pesar de que haga ejercicio, es muy probable que sea necesario continuar retirando implantes.



domingo, 7 de abril de 2024

Luxación hueso carpo radial en el gato

 


Luxación hueso carpo radial en el gato

 

La luxación del hueso carpo radial no es una patología muy frecuente, pero puede aparecer tanto en el perro como en el gato y suele estar provocada por un salto ó una caída desde una gran altura.

Nuestro paciente es un gatito, que se escapó de casa, y al volver presentaba una cojera de no apoyo de su extremidad anterior izquierda.

Comenzamos con el estudio radiográfico y obtenemos las siguientes imágenes:






  

Se trata de una luxación del hueso carpo radial, que ha migrado a una posición caudal y provoca una inestabilidad del carpo del paciente.





La reducción durante la cirugía fue bastante complicada, pues el fragmento no sólo estaba desplazado hacia caudal, sinó que además estaba un poco rotado, y era bastante complicado manipularlo en el hueco que queda entre el radio y la segunda fina de huesos del carpo, pero con unas pinzas muy finas y un poco de paciencia, finalmente se logró volver a recolocar el hueso carpo radial en una posición fisiológica, y luego, para fijarlo en el sitio correcto, el plan inicial era colocar un tornillo, pero en ese gato el hueso carporadial era tan estrecho que sólo fue posible poner una aguja de Kirschner de 1 mm, cruzando longitudinalmente el hueso carporradial y fijándolo al hueso carpocubital.


Veamos las rx de control post operatorio:





 

Podría pensarse que es una fijación insuficiente, pero no hay espacio para más implantes, y está demostrado que esa aguja cruzando el hueso carporadial y anclándose en el hueso carpocubital puede funcionar bien.

En algún artículo se menciona que es necesario reparar también el ligamento colateral medial e incluso colocar un fijador externo al menos un mes, pero en este gato al colocar la aguja, parecía que había suficiente estabilidad en el carpo y como era un animal muy pequeño decidí no poner más implantes, sólo reforcé el ligamento colateral medial con una sutura y valorar la evolución, que fue muy buena. De hecho, el paciente empezó a apoyar en pocos días, y aunque estuvo confinado en una jaula, durante al menos un mes, su recuperación fue muy positiva. 

Si fuese un perro, no habría sido tan optimista y habría reforzado el ligamento colateral medial y puesto el fijador externo.

 



lunes, 1 de enero de 2024

Fractura bilateral y conminuta de tibias en un gato

 


Fractura bilateral y conminuta de tibias en un gato

 

Las fracturas de tibia en gatos son generalmente producidas por atropellos o caídas desde grandes alturas, y aunque los gatos tienen fama de osificar muy bien después de una fractura, en algunos casos, con fracturas de tibia muy distales, lograr que el paciente se recupere puede ser una tarea complicada.

Este caso ilustra la dificultad que podemos encontrar en ocasiones al tratar este tipo de fracturas. Se trata de un gato adulto, de unos 4,5 kg que cayó desde una ventana, y llega a la clínica sin poder soportar su peso sobre sus extremidades posteriores. En la exploración radiográfica se obtienen las siguientes imágenes:










El paciente presenta una fractura bilateral y conminuta de ambas tibias, y es evidente que hay muy poco espacio para colocar implantes, de modo que una placa en cada extremidad no va a aportar suficiente estabilidad para que el paciente pueda utilizar la extremidad y cicatrizar el hueso.

Comenzamos la cirugía con la extremidad izquierda colocando dos placas ortogonales, para tornillos de 2,4mm, y aprovechando muy bien el poco espacio que tenemos a nivel de tibia proximal. Estas es la imagen de control tras la cirugía:




Para la tibia derecha, a nivel proximal se colocó una placa de nivelación de meseta tibial que encajaba muy bien en esa línea de fractura proximal, y luego se pensaba poner una placa para superar la zona conminuta central, pero había una nueva fractura en tibia distal, que obligaba a poner una segunda placa. Veamos la radiografía de control:




 

En estas imágenes no se aprecia realmente si a nivel proximal el primer tornillo está en el hueso o en la articulación, pero en la vista ventrodorsal se puede comprobar que los tornillos están bien colocados y no invaden el espacio articular.



 



Esta cirugía lleva muchos implantes, pero son necesarios para asegurar la firmeza necesaria para que el paciente pueda caminar, aunque sea en una jaula, y confiar que pueda osificar unas fracturas tan conminutas.

Las placas ortogonales en tibia proporcionan una gran fijación, y permiten colocar al menos tres tornillos (en dos planos) en fragmentos proximales ó distales pequeños, logrando una mejor fijación en fracturas conminutas y fracturas donde apenas hay espacio para una fijación simple con una sola placa, pero proporcionan tanta fijación que el hueso tarda bastante en cicatrizar.

En el futuro será necesario realizar controles radiográficos cada mes, y a medida que el paciente vaya osificando habrá que retirar parte de los implantes para dinamizar las fracturas y favorecer los callos de osificación, al ir los huesos recibiendo más carga progresivamente.