jueves, 24 de septiembre de 2020

Fractura de fémur distal en gatito

 


     Fractura de fémur distal en gatito

 

Este artículo es un poco especial, porque en este caso lo importante no es la fractura como tal sinó el tipo de paciente que presento.

Se trata de un gatito de 25 días de vida y 195 gramos. A veces nos llegan pacientes de este tipo, y es frecuente que muchos compañeros digan que son demasiado jóvenes ó demasiado pequeños ó que no soportarían una anestesia, ó muchas otras escusas, que incluso siendo ciertas no significa que no deban ser intervenidos, y por esa razón quiero presentar este caso, porque espero que sirva de inspiración para que otros compañeros se atrevan a ayudar a este tipo de pacientes si en alguna ocasión llegan a su clínica.

Veamos las radiografías previas:






En pacientes tan jóvenes el esqueleto no está todavía formado, y a veces vemos fisuras que cicatrizan en pocas semanas, pero este gatito tenía el fémur distal tan desplazado que si no se intervenía no volvería a caminar bien. 

En las radiografías he puesto una regla en centímetros para que se pueda calcular el tamaño, pero cuando estábamos planeando la anestesia, durante la preoxigenación, obtuvimos una imagen que muestra mucho mejor lo que estoy contando.






 

Aunque no es objetivo de este blog hablar de anestesia, en este caso contaré lo que planeamos, y si alguien tiene una idea mejor, que lo diga en los comentarios y lo publicaré.

En este gatito se puso una vía endovenosa, pero para un flujo de 5 ml de suero por kg y hora, como sólo pesa 195 gr, habría que ponerle 1 ml en una hora, y aunque hay bombas de suero que pueden hacerlo, nosotros pusimos una jeringuilla de insulina de 1 ml y se le daban pequeños bolos de suero para mantener la fluidoterapia durante toda la cirugía.

En la inducción se calculó la dosis de anestesia para 1kg (dexmedetomidina y metadona), se diluyó 10 veces y pensamos en ponerle para 200 gramos, pero sólo con la dosis para 100 gramos ya estaba en plano quirúrgico.

La intubación traqueal no se hizo y se le puso un circuito abierto y una máscara.

 



 

En la cirugía había que reducir la fractura, realinear la rótula y colocar un par de agujas de Kirschner con mucho cuidado porque los huesos eran muy frágiles y existía el riesgo de que el hueso se rompiese al doblar la punta de las agujas.

Veamos las radiografías de control post operatorio:

 




 

Aunque radiológicamente el resultado era bueno, el mayor problema fue que ya había una retracción de tendones, y al principio el gatito apenas podía flexionar la extremidad, pero con rehabilitación y masajes diarios poco a poco fue ganando rango articular, a la vez que empezaba a utilizar su patita, y dos meses después este era el resultado:

 

 




 

 


Todavía puede decirse que es un gatito joven, pero ya ha superado una fractura de fémur, camina normal y no tendrá secuelas.

Este es el objetivo de este artículo, animar a otros compañeros frente a un caso similar para que cuando un paciente así llegue a la clínica, se animen a ayudarlo.

 


domingo, 6 de septiembre de 2020

Fractura de metacarpos en gato

 


Fractura metacarpos gato

 


Las fracturas de metacarpos y metatarsos constituyen aproximadamente un 12% del total de las fracturas en perros y gatos, y las causas más comunes suelen ser atropellos y/o caídas, excepto en los galgos de carreras que suelen presentar principalmente fracturas por estrés, debido al ejercicio intenso durante las carreras.


Aunque no siempre es necesaria una resolución quirúrgica, principalmente si está roto un solo dedo, es siempre recomendable para favorecer la rápida recuperación del paciente y además para evitar las desviaciones distales ó las sinastosis que se producen cuando cicatriza de forma anómala.


En este artículo, comentaremos el caso de un gato Maine Coon, que saltó de una altura excesiva y viene a la clínica con una marcada cojera de su extremidad anterior izquierda.


Al hacer el estudio radiográfico obtenemos las siguientes imágenes:


 







 

 

 

Teniendo en cuenta que los metacarpos y las falanges se enumeran del uno al cinco comenzando de medial a lateral, podemos afirmar que el paciente presenta una fractura transversa diafisaria distal del tercer y cuarto metacarpos.

 

Para la resolución quirúrgica es necesario un abordaje dorsal y la colocación de dos agujas de Kirschner, que deben realinear los metacarpos rotos, para facilitar su correcta osificación.

 



El siguiente paso es cortar las agujas, doblar los bordes distales para evitar que migren, y facilitar su extracción en el futuro, y finalmente, cerrar por planos y hacer las radiografías de control post operatorio:










Aunque el resultado radiológico es muy bueno, todavía es necesario alcanzar la curación clínica, y para ello es imprescindible controlar la actividad del paciente, evitando saltos ó carreras que puedan crear un callo exuberante ó cojeras, que se podrían evitar fácilmente si el paciente tuviese una recuperación tranquila, en un espacio reducido y por el tiempo necesario hasta hacer una radiografía de control que nos permita asegurar que ya está curado.