Fractura
de fémur distal en gatito
Este artículo es un poco especial, porque en este caso lo
importante no es la fractura como tal sinó el tipo de paciente que presento.
Se trata de un gatito de 25 días de vida y 195 gramos. A
veces nos llegan pacientes de este tipo, y es frecuente que muchos compañeros
digan que son demasiado jóvenes ó demasiado pequeños ó que no soportarían una
anestesia, ó muchas otras escusas, que incluso siendo ciertas no significa que
no deban ser intervenidos, y por esa razón quiero presentar este caso, porque
espero que sirva de inspiración para que otros compañeros se atrevan a ayudar a
este tipo de pacientes si en alguna ocasión llegan a su clínica.
Veamos las radiografías previas:
En pacientes tan jóvenes el esqueleto no está todavía
formado, y a veces vemos fisuras que cicatrizan en pocas semanas, pero este
gatito tenía el fémur distal tan desplazado que si no se intervenía no volvería
a caminar bien.
En las radiografías he puesto una regla en centímetros para
que se pueda calcular el tamaño, pero cuando estábamos planeando la anestesia, durante la preoxigenación, obtuvimos una imagen que muestra mucho mejor lo que estoy contando.
Aunque no es objetivo de este blog hablar de anestesia, en
este caso contaré lo que planeamos, y si alguien tiene una idea mejor, que lo
diga en los comentarios y lo publicaré.
En este gatito se puso una vía endovenosa, pero para un flujo
de 5 ml de suero por kg y hora, como sólo pesa 195 gr, habría que ponerle 1 ml
en una hora, y aunque hay bombas de suero que pueden hacerlo, nosotros pusimos
una jeringuilla de insulina de 1 ml y se le daban pequeños bolos de suero para
mantener la fluidoterapia durante toda la cirugía.
En la inducción se calculó la dosis de anestesia para 1kg (dexmedetomidina
y metadona), se diluyó 10 veces y pensamos en ponerle para 200 gramos, pero
sólo con la dosis para 100 gramos ya estaba en plano quirúrgico.
La intubación traqueal no se hizo y se le puso un circuito
abierto y una máscara.
En la cirugía había que reducir la fractura, realinear la
rótula y colocar un par de agujas de Kirschner con mucho cuidado porque los
huesos eran muy frágiles y existía el riesgo de que el hueso se rompiese al
doblar la punta de las agujas.
Veamos las radiografías de control post operatorio:
Aunque radiológicamente el resultado era bueno, el mayor
problema fue que ya había una retracción de tendones, y al principio el gatito
apenas podía flexionar la extremidad, pero con rehabilitación y masajes diarios
poco a poco fue ganando rango articular, a la vez que empezaba a utilizar su
patita, y dos meses después este era el resultado:
Todavía puede decirse que es un gatito joven, pero ya ha
superado una fractura de fémur, camina normal y no tendrá secuelas.
Este es el objetivo de este artículo, animar a otros
compañeros frente a un caso similar para que cuando un paciente así llegue a la
clínica, se animen a ayudarlo.
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