Osteopatía metafisaria del cuello femoral en gato
Solemos
pensar que las lesiones en el cuello del
fémur siempre producen daños vasculares que de forma secundaria generan
desmineralización del hueso y necrosis avascular, que suele ser aséptica pues
la necrosis no está producida por contaminación bacteriana.
En realidad,
la cabeza del fémur en animales jóvenes, sólo recibe sangre de los vasos
epifisarios (procedentes de las arterias circunflejas femorales craneal y
caudal) que llegan a la epífisis del hueso
a través de los bordes de la cápsula articular. Los vasos intraóseos que llegan
por el cuello del fémur, sólo en los animales maduros cruzan la cicatriz
fisaria para irrigar la cabeza del
fémur. En el gato existe un aporte sanguíneo adicional de la cabeza del fémur a
través del ligamento redondo.
La necrosis
avascular de la cabeza del fémur, más conocida por enfermedad de Legg-Calvé-Perthes (los tres autores que la describieron en el
año 1910) es como su nombre indica una necrosis avascular que se produce durante el desarrollo de la
cabeza del fémur y suele afectar a perros de razas pequeñas, principalmente
Terriers y Caniches toy, producida por
daños repetidos de esos vasos
epifisarios que llegan a la cabeza del fémur por la cápsula articular.
La enfermedad se inicia con un proceso isquémico
del núcleo cefálico femoral, que detiene su crecimiento relativo con respecto
al resto cartilaginoso de la cabeza femoral.
Luego de forma lenta y tardía
se inicia un proceso de revascularización asimétrico en la periferia de un área
isquémica ya necrótica. Se produce entonces el colapso y hundimiento del núcleo
cefálico central, ya que la trabécula lesionada sufre fracturas por sobrecarga.
Finalmente, observaremos una cabeza femoral aplanada y deformada.
Desde el punto de vista radiográfico, la afección se
caracteriza por la aparición de osteoporosis en la epífisis proximal del fémur,
seguida de fragmentación y finalmente, deformación de la cabeza femoral que
evolucionará hacia degeneración articular.
La epifisiolisis consiste en la separación de la epífisis
femoral proximal no asociada a traumatismos. Se
corresponde con una fractura tipo I de la clasificación de Salter-Harris.
Radiográficamente hay
evidencias de desplazamiento fisario de la cabeza femoral (la fisis está abierta y permite ese
desplazamiento) con osteopenia focal y esclerosis del cuello femoral, para
evolucionar a reabsorción osteoclástica y/o proliferación de tejido fibroso.
En los gatos no suele producirse necrosis avascular de la cabeza
femoral (recordemos su irrigación adicional a través del ligamento redondo)
pero si puede producirse una necrosis avascular del cuello femoral denominada
Osteopatía metafisaria felina.
En el caso clínico de hoy, presento un gato joven (8 meses) con
cojera repentina del miembro posterior derecho,
sin historia previa de traumatismos, que no responde a AINEs, y después de dos semanas con antiinflamatorios
y sin resultados se le realiza una radiografía y se obtiene la siguiente
imagen:
En la imagen anterior se aprecia una cabeza femoral derecha
redondeada y perfecta pero el cuello femoral está osteoporótico y fragmentado, se trata de una necrosis avascular del cuello
femoral en gato, es decir, una
osteopatía metafisaria femoral felina.
Esta enfermedad no tiene habitualmente un tratamiento médico
conservador, y la mejor opción es quirúrgica, mediante una artroplastia de
escisión del cuello del fémur.
Es importante hacer un corte amplio, seccionando todo el
cuello femoral, hasta el tercer trocánter del fémur, y por supuesto, hay que
retirar del acetábulo la parte epifisaria proximal de la cabeza del fémur.
Una vez realizada la cirugía, haremos la radiografía de
control post operatorio:
Y estos son
los fragmentos extraídos tras la artroplastia:
En la
imagen anterior se aprecia una cabeza femoral perfecta, aunque muy delgada si
la viésemos lateralmente, pero luego el cuello femoral estaba totalmente
deformado y fragmentado, lo cual confirmaba nuestra sospecha de inviabilidad.
La recuperación suele ser muy buena, tras la cirugía a
nuestro paciente le desaparece el dolor, es joven, tiene una buena masa
muscular, en muy pocos días presentará un apoyo casi normal, y muy pronto estará saltando.
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