Luxación tibio tarsal
Las luxaciones tibio tarsales, también llamadas luxaciones
talo crurales, se producen cuando la tibia distal (y el peroné) se separa del
astrágalo del tarso, y para ello es necesario que se rompa la cápsula articular
y probablemente los ligamentos colaterales.
Suelen ser debidas a traumatismos laterales ó rotacionales y
en la reparación es necesario reducir la luxación, y luego decidir si se hace
artrodesis ó reponer los ligamentos colaterales rotos y colocar también unos
fijadores externos que inmovilicen la articulación durante un tiempo para dar opciones
a regenerarse los tejidos blandos dañados en el traumatismo.
En el caso que presento hoy, nuestro paciente es un perro de
caza, un Spaniel, macho de 15 kg, tres años, y que ha sufrido un atropello. El
paciente presenta una cojera de no apoyo de su extremidad posterior derecha y
hay una clara inestabilidad en la región del tarso.
Comenzamos el estudio radiográfico y se obtienen las siguientes
imágenes:
Evidentemente el diagnóstico está claro, el paciente sufre
una luxación completa tibio tarsal, con fractura oblicua y distal del peroné.
Ante un caso así, se evalúan distintas opciones quirúrgicas.
La primera opción, por ser la más evidente sería proponer una artrodesis y
fijar la articulación con una placa de osteosíntesis. Es una buena opción para
un perro de compañía, pero en un animal destinado a la caza, es probable que después
de un largo día en el campo hubiese una cojera de la extremidad e incluso si el
ejercicio es muy continuado podría haber un aflojamiento de los implantes y
sería necesaria una segunda cirugía para retirarlos.
La segunda opción sería reducir la artrodesis y tratar de
reponer los ligamentos colaterales. Para ello es necesario que las superficies
articulares estén intactas, y que no haya una herida abierta por donde podría
contaminarse todo.
El propietario quería que el perro conservase la máxima
funcionalidad y por lo tanto nos decidimos por la segunda opción. El ligamento
colateral medial está roto, pero el ligamento colateral lateral está intacto y
unido al fragmento distal del peroné, aunque como no es posible fijar el peroné
por ser un hueso muy fino, lo que se hizo (una vez reducida la luxación) fué colocar
anclajes en tibia distal y tarso, de ambos lados, para poner unos ligamentos extracapsulares
de nylon que refuerzan la articulación y luego se combinó todo con unos
fijadores externos.
Veamos las imágenes radiográficas del post operatorio
inmediato:
En la parte medial el fijador externo es más largo porque era
la zona más débil, mientras que en la parte lateral, donde el ligamento
colateral estaba sano y sólo había fractura del peroné el fijador externo se hizo
un poco más corto porque el daño era menor, aunque probablemente también habría
estado bien poner tres agujas de cada lado.
Tras la cirugía el paciente debe permanecer confinado en un
pequeño espacio, para evitar una excesiva actividad en fases tempranas, y se le
debe permitir salir todos los días para dar pequeños paseos con correa,
caminando despacio, para favorecer el apoyo de la extremidad, mantener la masa
muscular y potenciar la cicatrización.
Los fijadores se pueden retirar después de 4 ó 5 semanas, y luego
todavía tendrá que permanecer controlado y caminar con correa un par de semanas
más antes de permitirle un regreso progresivo al ejercicio.
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