Fractura
bilateral y conminuta de tibias en un gato
Las fracturas de tibia en
gatos son generalmente producidas por atropellos o caídas desde grandes
alturas, y aunque los gatos tienen fama de osificar muy bien después de una
fractura, en algunos casos, con fracturas de tibia muy distales, lograr que el
paciente se recupere puede ser una tarea complicada.
Este caso ilustra la
dificultad que podemos encontrar en ocasiones al tratar este tipo de fracturas.
Se trata de un gato adulto, de unos 4,5 kg que cayó desde una ventana, y llega
a la clínica sin poder soportar su peso sobre sus extremidades posteriores. En
la exploración radiográfica se obtienen las siguientes imágenes:
El paciente presenta una
fractura bilateral y conminuta de ambas tibias, y es evidente que hay muy poco
espacio para colocar implantes, de modo que una placa en cada extremidad no va
a aportar suficiente estabilidad para que el paciente pueda utilizar la
extremidad y cicatrizar el hueso.
Comenzamos la cirugía con la
extremidad izquierda colocando dos placas ortogonales, para tornillos de 2,4mm,
y aprovechando muy bien el poco espacio que tenemos a nivel de tibia proximal.
Estas es la imagen de control tras la cirugía:
Para la tibia derecha, a
nivel proximal se colocó una placa de nivelación de meseta tibial que encajaba
muy bien en esa línea de fractura proximal, y luego se pensaba poner una placa
para superar la zona conminuta central, pero había una nueva fractura en tibia
distal, que obligaba a poner una segunda placa. Veamos la radiografía de
control:
En estas imágenes no se
aprecia realmente si a nivel proximal el primer tornillo está en el hueso o en
la articulación, pero en la vista ventrodorsal se puede comprobar que los
tornillos están bien colocados y no invaden el espacio articular.
Esta cirugía lleva muchos
implantes, pero son necesarios para asegurar la firmeza necesaria para que el
paciente pueda caminar, aunque sea en una jaula, y confiar que pueda osificar
unas fracturas tan conminutas.
Las placas ortogonales en tibia
proporcionan una gran fijación, y permiten colocar al menos tres tornillos (en
dos planos) en fragmentos proximales ó distales pequeños, logrando una mejor
fijación en fracturas conminutas y fracturas donde apenas hay espacio para una
fijación simple con una sola placa, pero proporcionan tanta fijación que el
hueso tarda bastante en cicatrizar.
En el futuro será necesario
realizar controles radiográficos cada mes, y a medida que el paciente vaya
osificando habrá que retirar parte de los implantes para dinamizar las
fracturas y favorecer los callos de osificación, al ir los huesos recibiendo más
carga progresivamente.