Un caso para pensar
En esta ocasión voy a planear el caso desde un punto de vista
diferente, para intentar que sea más interactivo, de modo que al final dejaré
un tiempo para que las respuestas de los lectores puedan resolverlo.
Nuestro paciente es un gato recogido de la calle, con una
extraña deformación de su extremidad anterior derecha:
A pesar de su aspecto, en ocasiones, cuando va despacio apoya
esa extremidad en el suelo, además el animal no muestra apenas signos de dolor
y camina a tres patas cuando va deprisa.
Tiene sensibilidad en los dedos y el "codo" formado a mitad del antebrazo no es totalmente rígido sinó que tiene
cierta movilidad.
A la exploración clínica parece evidente que ese animal ha
sufrido una fractura antigua de cúbito y radio, que no llegó a cicatrizar de un
modo fisiológico, y se ha formado una no unión ósea.
Para confirmar nuestra hipótesis inicial se realiza el
correspondiente estudio radiográfico:
Las radiografías confirman el diagnóstico inicial de fractura
antigua de cúbito y radio con no unión atrófica de ambos huesos.
Hay una deformidad importante por un plegamiento dorsal de
los fragmentos distales de cúbito y radio junto con todas las estructuras de la
mano, que no puede colocarse en posición fisiológica, ni siquiera con el
paciente sedado, y que hace que en la última radiografía la mano salga en una
posición tan extraña.
A pesar del pequeño tamaño de los fragmentos distales, se
intentó hacer una resolución de la fractura, eliminando la zona de no unión
(muy poco a nivel distal porque no hay espacio para colocar tornillos, y
bastante más a nivel proximal), reactivando los bordes y añadiendo injerto de
esponjosa en la fractura con la esperanza de que pudiese cicatrizar.
El mayor problema no fué realinear los huesos sinó lograr que
los retraídos ligamentos pudiesen volver a una posición fisiológica, pues en la
zona dorsal, por donde pasan los
ligamentos extensores había una importante retracción de los mismos que dificultaba
mucho posicionar adecuadamente la extremidad.
Para mantener la reducción se empleó una placa de
osteosíntesis para tornillos de dos milímetros colocando en el radio dos
tornillos en el fragmento distal, y cuatro tornillos en el fragmento proximal. En el cúbito se puso
una aguja de Kirschner intramedular para completar la fijación y compensar que
en radio distal sólo se habían podido poner dos tornillos.
Veamos las radiografías de control post operatorio:
Aparentemente todo estaba relativamente bien. Confieso que al
ver las radiografías de control me sentí bastante satisfecho y pensé que el caso no
debería tener ya grandes problemas.
Pero se trataba de un
gato recogido de la calle, muy poco sociable y con un carácter bastante
agresivo, no era posible lograr hacer
una rehabilitación adecuada, ni siquiera era fácil hacer un seguimiento del
caso, por lo tanto simplemente se mantenía aislado en una jaula amplia, en las
instalaciones de la protectora que lo había recogido.
La evolución fué lenta pero positiva. Poco a poco el animal
comenzó a apoyar de nuevo su extremidad y empezó a cargar peso en ella. Se
movía más por la jaula y comenzaba a tener algo más de tolerancia hacia los
seres humanos.
No fué posible hacer un buen seguimiento del caso, pero desde
la protectora comentaban que todo parecía ir bien. Finalmente, a los dos meses
de la cirugía me comentan que el gato está apoyando menos y que parece que algo
ya no va tan bien.
Traen al gato a revisión, y una vez sedado se obtienen las
siguientes imágenes:
Y ahora es cuando el caso pasa a vuestras manos.
Enviadme
todo tipo de comentarios sobre el caso intentando aportar vuestra opinión
personal sobre que se hizo bien, que se hizo mal, dónde está ahora e problema y como
seguiríais vosotros.
Publicaré los comentarios para que todos podamos valorarlos,
y dentro de un mes, aproximadamente, os daré mi opinión.
Saludos a todos.