Fractura
conminuta de fémur ( 1ª Parte )
El caso que
presento en ésta ocasión es relativamente complicado, y tuvo una evolución
larga, pero es perfecto para ilustrar diferentes enfoques a la hora de
solucionar una fractura.
Se trata de
un animal de unos 4 años de edad y 28 kg de peso, de sexo indeterminado ( es
una curiosidad del paciente, si os fijáis en la primera radiografía tiene hueso
peneano, pero localizado en una posición más propia del género femenino, y
micciona como una hembra) . El paciente ha sufrido una caída desde una terraza
y milagrosamente “sólo” se ha fracturado
el fémur, pero al hacer la radiografía nos encontramos con una fractura
conminuta :
Ante una
fractura así, hay diferentes opciones ( clavos cerrojados, fijación interna
reduciendo los fragmentos, fijación interna sin reducir todos los fragmentos,
etc) y básicamente responden a dos planteamientos muy diferentes, por una parte
están las ”técnicas del carpintero” que buscan una perfecta reducción de los
fragmentos del mismo modo que el carpintero encaja las piezas de madera para
hacer un mueble, y por otra parte están las “ técnicas del jardinero” que se
preocupan más de los tejidos blandos y sólo hacen una reducción funcional sin
preocuparse de encajar todas las piezas, dejando que se forme un gran callo óseo que englobe
los fragmentos intermedios y el hueso crezca y se realinee posteriormente.
La idea
inicial en éste caso era intentar una reducción lo más perfecta posible ( tipo
carpintero) y si no resultaba suficiente tendríamos que adaptarla al segundo
planteamiento ( tipo jardinero).
En nuestro
caso, comenzamos por acceder al foco de la fractura y empezar a identificar los
fragmentos:
A pesar de
ser una fractura conminuta, había fragmentos bastante grandes que podían ser
parcialmente reducidos
Para fijar
los fragmentos centrales empleamos varios tornillos tirafondos que permitiesen una
manipulación en bloque de todo el hueso
Y luego nos
preocupamos de encajar los fragmentos más pequeños pero que tenían tamaño
suficiente para sujetarse con nuevos tornillos
Y
finalmente, sujetándolo todo, aplicamos una placa de neutralización de doble
ancho para tornillos de 3,5 mm
Y éste fue
el resultado final tras colocar la
placa, (hay dos agujeros de la zona central que no llevan tornillos
porque se superponían a los tornillos tirafondos)
Luego, tras
el habitual cierre por capas, hacemos la radiografía de control, que muestro a continuación
Aunque la
cadera de ese paciente no es ninguna maravilla, la placa del fémur ha quedado
bastante bien, hay una buena reducción de los fragmentos y el paciente debería
evolucionar positivamente, al menos era
lo que todos esperábamos tras ver ésta radiografía, pero en traumatología no
hay nada seguro y hubo complicaciones… que os contaré en la próxima entrada.