Fractura de
tarsometatarso en Pavo real
En esta entrega
comentaré un caso diferente, pues aunque en la clínica de pequeños animales
nuestros pacientes suelen ser perros ó gatos, en ocasiones nos llega algún
paciente más exótico y aporta algunas novedades que debemos controlar.
Se trata de
un joven pavo real de apenas cinco meses y tres kilos de peso al que se le ha quedado atrapada
la pata en alguna rendija y produjo una fractura muy distal de la extremidad
derecha con la complicación adicional de
que un fragmento del hueso atravesó la piel y presenta una fractura abierta
tipo II en la clasificación de Gustilo y Anderson. Veamos el aspecto inicial
de la extremidad:
A pesar de
la fractura abierta el animal no estaba excesivamente excitado en los brazos de
su dueño y simplemente envolviéndolo con una toalla, pudimos hacer la radiografía
inicial sin sedación adicional, y obtuvimos la siguiente placa:
Siento no
poder ofrecer la otra vista, pero con los datos que tenemos es suficiente para
concluir que el paciente presenta una fractura metafisaria oblicua distal y
abierta ( grado II) de tarsometatarso derecho, que requiere de algún tipo de
fijación para que pueda producirse su consolidación.
Las aves
tienen algunas características óseas específicas que las diferencian de los
mamíferos y deben tenerse en cuenta, pues en su adaptación evolutiva han creado
unos huesos con corticales muy finas y casi huecos que reducen el peso para
facilitar el vuelo, y requieren un enfoque diferente cuando se trata de aplicar
implantes para estabilizar una fractura, de modo que suelen elegirse agujas de Kirschner
por ser más ligeras y preferiblemente roscadas pues las corticales tan finas no
ofrecen un buen agarre.
En el
momento de la cirugía, la aplicación de fluidos y medicación suele hacerse en
la vena cubital cutánea,
en la parte ventral del ala, próxima al codo, y la anestesia inhalatoria puede
aplicarse mediante intubación ó simplemente por mascarilla, pues son muy
sensibles al Isofluorano y tras una premedicación que reducirá el estrés y las
dosis del anestésico, al aplicar la mascarilla se dormirán en pocos segundos.
Una vez tenemos
a nuestro paciente anestesiado procedemos a la limpieza y desinfección de la
extremidad, colocamos los paños, y comenzamos la cirugía, colocando cuatro
agujas roscadas, dos de ellas proximales y otras dos distales a la zona de la
fractura.
Puesto que
se trata de una fractura abierta los fijadores externos son la opción más
indicada, evitando poner implantes en la zona de la fractura ó clavos
intraóseos que podrían diseminar la posible contaminación de la herida abierta.
Para reducir
el peso de los implantes, en éste caso las agujas no se unieron mediante
rótulas sinó que se aplicó cemento óseo, que resulta mucho más ligero pero que ofrece
una fijación suficiente para mantener la rigidez de la estructura.
Como puede
verse en la radiografía post operatoria se optó por una configuración uniplanar,
bilateral, tipo II, que logró una buena reducción y fijación de los fragmentos:
Y éste es
el aspecto final que presentaba la extremidad una vez terminada la cirugía:
Ahora sólo
queda administrar antibióticos durante un tiempo prudencial en el
postoperatorio, e intentar que el ave permanezca en reposo y en un ambiente
limpio el tiempo suficiente para que cicatrice, que tratándose de un ave será
mucho más corto que si fuese un mamífero, y aproximadamente en cuatro semanas
habrá logrado la consolidación de la fractura.
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