FRACTURA DE CÚBITO Y
RADIO
Las fracturas de cúbito y radio son muy comunes en la clínica
veterinaria, (hasta un 18% de las fracturas de perros y gatos) y ya he hablado
de ellas en varias ocasiones en este blog, principalmente refiriéndome a
animales de talla pequeña, que son los que presentan un mayor riesgo de
complicaciones, pero en la clínica diaria a veces los casos se repiten, y ésta
publicación es simplemente un reflejo de mi trabajo.
En esta ocasión el paciente era una perra de aguas, una hembra castrada y obesa de 4 años de edad
y 20 kg de peso que había sufrido un atropello y al acudir a la clínica más
cercana le han puesto una férula para fijar su extremidad anterior derecha.
Veamos las radiografías previas a la cirugía:
Se trataba de una fractura diafisaria y conminuta de cúbito y
radio. A pesar de que el paciente tenía un peso de 20 kg, sus huesos no eran
demasiado robustos, por lo tanto colocar una placa para tornillos de 3,5 mm me
parecía excesivo, pues estoy seguro que tendríamos problemas de sobre
protección de los implantes, y una placa para tornillos de 2,7 mm me parecía un
poco escasa, (el paciente estaba obeso), por lo tanto en esta ocasión opté por
poner una placa de elongación, que no lleva agujeros en su zona central, sinó
que es maciza, de ese modo tendría una fijación más rígida, pero además los
propietarios eran gente muy ocupada que tenía poco tiempo para vigilar al
animal durante la semana, y decidí fijar también el cúbito para estar seguro
que no habría fallo de los implantes.
Veamos las radiografías de control post operatorio:
Tal y como se aprecia en las imágenes anteriores, la placa del
radio es maciza en la zona central, y en el cúbito he puesto una aguja
intramedular que complementa la fijación. Esta aguja nos permitirá una mayor
fijación en un primer momento, y luego se podrá retirar para dinamizar la
fractura.
La evolución del paciente fue muy buena, a pesar de ser un
animal obeso y con escaso control sobre su actividad física, y al mes se le
hicieron las primeras radiografías de control:
La evolución como ya he dicho estaba siendo muy buena, pero
para estar seguros decidimos esperar un poco más antes de reintervenir, y tres semanas después volvieron para retirar el clavo y
dinamizar la fractura.
Mediante un pequeño abordaje en el codo se extrajo el clavo y
luego se repitieron las radiografías:
A pesar de ser un paciente obeso y de huesos finos la
cicatrización estaba siendo muy buena, incluso sin un buen control del
ejercicio durante el post operatorio, y los dueños estaban satisfechos de la
evolución de su mascota.
Es probable que simplemente con la placa de elongación se
pudiese lograr el mismo resultado, pero creo que la doble fijación ayudó mucho
al principio, y el hecho de que el clavo pudiese retirarse para dinamizar el
foco de fractura suponía una ventaja respecto a colocar una segunda placa en
cúbito ó una doble placa en radio, que no podrían retirarse con tanta facilidad
y en caso de no retirarlas se podría provocar una sobreprotección de los
implantes y retrasar la cicatrización.
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