Fractura de fémur
proximal en gato
Tal y como el título indica, en esta ocasión nuestro paciente
es un gato. Se trata de un macho adulto de 5 kg de peso y 3 años, que se ha ido
de paseo y ha vuelto a los dos días con una clara cojera de su extremidad
posterior derecha.
En la exploración clínica ya se nota inestabilidad en la
región del muslo y al hacer el estudio
radiográfico nos encontramos las siguientes imágenes:
Se trata de una fractura metafisaria proximal oblicua del
fémur derecho, en un paciente adulto difícil de controlar porque está habituado
a salir para dar grandes paseos y los dueños no están muy decididos a
encerrarlo.
Reconozco que cuando la colaboración de los propietarios es
dudosa me cuesta más proponer una solución quirúrgica pero si no queremos que
el paciente esté sufriendo meses hasta que cicatrice mal, la cirugía puede ser
un excelente atajo para que el paciente sufra menos y se recupere antes.
En este caso los fragmentos parecían fácilmente reducibles y
una placa debería ser una solución más que suficiente, pero para facilitar la
reducción y para fortalecer la fijación puse también una aguja intramedular que
añadiese un poco más de rigidez a la estructura, puesto que sabía que el paciente no tendría el reposo
adecuado.
Veamos las radiografías del control post operatorio:
Aparentemente todo estaba muy bien, a pesar de ello insistí
muchísimo en que el paciente debería estar en reposo, y de lo importante que
era que no le permitiesen salir a la calle, y que lo mantuviesen en un espacio
cerrado y pequeño.
Supe que al principio me hicieron caso y el gato estuvo
dentro de casa, encerrado en su transportín la primera semana y luego corriendo
y saltando por la habitación de invitados dos semanas más.
También supe que
luego se escapó y volvió cojeando, pero no lo trajeron a revisión y simplemente
volvió al transportín primero y luego a la habitación de invitados hasta que
consideraron que ya caminaba bien y volvió un día a la clínica, momento que
aproveché para hacer las radiografías siguientes:
No es el final que me esperaba, pero a pesar de todo la
fijación ha aguantado, se ha formado un callo cicatricial, el paciente no
cojea, hay buena alineación de los fragmentos y los dueños están más
concienciados en controlar a su gato.
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