Fractura de fémur distal en gato
Los gatos
sienten un interés casi hipnótico por todo lo que ocurre al otro lado de la
ventana, y es frecuente verlos apoyados en el cristal observando todo lo que
ocurre en la calle, pero puede ocurrir que un día la ventana esté abierta, e
irremediablemente ese día el gato saltará al borde para curiosear, y finalmente
termine cayendo a la calle. Es un fenómeno que se repite con tanta frecuencia
que ya tiene su nombre propio, a esos gatos que se precipitan desde ventanas y
terrazas se les llama gatos paracaidistas.
Los gatos
paracaidistas son pacientes habituales en el servicio de urgencias de cualquier
clínica. Cuando recibimos un paciente así, lo primero es evaluar posibles alteraciones
neurológicas, cardio respiratorias y hemodinámicas, para luego preocuparnos de
cosas menores que pueden parecer muy importantes pero no comprometen su vida.
En esta
exploración inicial es frecuente hacer una radiografía lateral que incluya todo
el paciente (una gatografría) y permita descartar múltiples patologías, a la
vez que puede revelar otras que tal vez no habíamos apreciado.
En esta
vista inicial, descartamos neumotórax, y
es probable que la vejiga no se haya roto, también sabemos que el paladar duro
no estaba roto porque lo habíamos comprobado previamente, pero a la vez revisamos
sus huesos y nos fijamos en su rodilla derecha.
En cuanto
el estado del paciente lo permita, retomaremos la exploración radiográfica, ya
centrados en su rodilla derecha, y comenzamos con una vista ventro dorsal de sus
caderas que nos dará un plano más completo de posibles lesiones asociadas.
Tras esta
imagen ya tenemos más claro que el problema está únicamente en el fémur derecho
distal, descartamos otras patologías asociadas de sacro, pelvis, fémur
izquierdo, etc y finalmente haremos la proyección
radiográfica medio lateral del fémur derecho para visualizar el alcance total
de la fractura:
Se trata de
una fractura conminuta metafisaria distal de fémur derecho en un paciente
joven, que todavía no ha cerrado totalmente la línea de crecimiento de la
cresta tibial pero que indudablemente está ya en la fase final de su
desarrollo.
Cuando este
tipo de fracturas se presentan en la epífisis distal, el tratamiento clásico es
poner dos agujas de Kirschner cruzadas
que realinean el hueso y junto con el ligamento rotuliano estabilizan la
fractura, pero en este caso las fractura está ligeramente desplazada
dorsalmente y parece que las dos agujas ya no lograrán una fijación tan estable
como la que podría lograrse con una placa de osteosíntesis.
El problema es que
el fragmento distal mide apenas 2 cm, y debo colocar tres tornillos en ese espacio. Para este tipo
de fracturas existen unas placas en L adaptadas a la curvatura final del fémur,
y que además son distintas si se trata del fémur derecho ó del izquierdo, que
suelo tener en reserva para un caso así, pero en el momento de la cirugía
aunque tenía varias, no tenía ninguna adaptada al tamaño del paciente, y decidí
aprovechar al máximo el espacio y poner una placa recta con tornillos de 2 mm.
Tras
colocar la placa, debido a la conminución de los fragmentos, quedaba un
importante defecto óseo en la cara opuesta, y para reforzar la fijación y
evitar que la placa acabase rompiéndose, puse una aguja de Kirschner desde el cóndilo
medial del fémur, que compensaba la concentración de fuerzas en la zona del
defecto óseo, aunque hubiera sido posible lograr el mismo resultado con un
fijador externo, pero no me gusta poner fijadores externos en fémur, y mucho
menos en un gato, por lo tanto completaba la fijación interna sin tener
complicaciones adicionales.
Esta es
la imagen intra operatoria de como quedaron los implantes:
Si os fijáis
un poco, en el lado opuesto a la placa se aprecia la aguja de Kirschner, aunque
en las radiografías de control post operatorio puede comprenderse mejor el
defecto óseo y la fijación. Comenzamos por la vista medio lateral:
Y ahora
presento la vista antero posterior del mismo paciente.
La
evolución posterior fue muy buena, comenzó a apoyar al segundo día y en una
semana caminaba casi normal. En estos casos, los gatos suelen ser pacientes muy
agradecidos, pero el dueño debe comprender que su paciente camina porque los
implantes mantienen la rigidez y alineación ósea, pero el paciente no está
curado, y deben mantenerse los periodos de reposo hasta lograr la
cicatrización real de la fractura.
Siguiendo
el protocolo, al mes se le realizan las radiografías de control, logrando la
siguiente imagen:
Como puede
apreciarse, todavía no ha cicatrizado pues había un gran defecto óseo pero se está
formando un gran callo que abarca toda la zona donde no teníamos hueso, siguiendo
la evolución normal de todas las fracturas. Primero se forma un coágulo en la
zona de la fractura, luego se llena de redes de fibrina, y en una fase
posterior se calcifican, de hecho, en la parte externa del callo óseo ya se
aprecia un puente de fibrina calcificándose, que terminará por cubrir toda la
fractura.