Fractura de tibia
En esta
ocasión nuestro paciente es una hembra de
Jack Russell terrier de 1 año y 7 kg que había sido atropellada y
presentaba la siguiente fractura:
Viendo las
imágenes anteriores apreciamos que se trataba de una fractura diafisaria
oblicua y conminuta de la tibia derecha, que también afecta al peroné.
Como
siempre, ante una fractura, hay varias opciones quirúrgicas y no necesariamente
una única solución, pero puesto que la fijación interna ofrece generalmente mejores
resultados con post operatorios más simples y recuperaciones más rápidas, suelo
proponer como primera opción una placa de osteosíntesis.
El abordaje
a la tibia se realiza por la cara medial, y como principal dificultad debe
respetarse el recorrido de las ramas craneales de la vena safena medial junto con la arteria y el nervio
safeno, que cruzan oblicuamente la diáfisis tibial.
Para este
paciente, se puso una placa de neutralización de 2,7 mm, colocando dos tornillos
en la parte proximal, dejando tres huecos vacíos y luego colocando luego otros
tres tornillos en la parte distal. La zona central se refuerza con una aguja de
Kirschner, y dos cerclajes.
(Si os fijáis
en la siguiente placa, intenté poner otro tornillo en la zona proximal pero el
hueso se astilló y el tornillo perdió el anclaje en la rosca, esa fue una de
las razones por las que tuve que poner dos cerclajes, para reforzar la
fijación.)
El contorneado
de la placa es bueno en la imagen lateral, aunque la alineación no sea
perfecta, pero la fijación es estable, y suficiente para lograr la
cicatrización.
A partir de
la cirugía, el paciente debe recibir un estricto control de su actividad
física, con movilización pasiva de la extremidad y paseos siempre con correa,
para permitirle caminar, apoyando la extremidad (generalmente empiezan a apoyar
al segundo ó tercer día) pero sin que pueda correr, saltar ó subir y bajar
escaleras.
Veamos las
primeras radiografías de control al mes de la cirugía:
Apreciamos
que el hueso está cicatrizando muy bien. El paciente tenía un buen apoyo, e
incluso era necesario restringir su actividad física para evitar un
sobreesfuerzo en fases demasiado precoces.
Se continuó
con paseos con correa y ejercicio controlado hasta la siguiente revisión y éstas
son las imágenes de control a los dos meses de la cirugía:
A pesar de que no se
logró una reducción perfecta, y había un gran defecto en la zona diafisaria
cental, donde además la placa no tenía tornillos, se cumplían los principios
básicos de la osteosíntesis, con una fijación interna rígida, un buen control
de la infección y una movilización precoz que permitieron una rápida
recuperación de la funcionalidad de la extremidad, y potenciaron cicatrización.
A partir de este momento, debe incrementarse
progresivamente la actividad física del paciente, hasta lograr la total
recuperación de la extremidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario