Fractura de tibia
En esta ocasión traigo un caso bastante
común, una fractura de tibia. Según algunas estadísticas las fracturas de tibia
suponen el 21% del total de las fracturas atendidas. Es un porcentaje bastante
alto, pero la tibia es un hueso largo con poca protección muscular alrededor y
puede fracturarse con relativa facilidad.
Nuestro paciente era un cachorro de
Bullterrier, macho, de 10 meses de edad y 25 kg de peso que había sufrido un
traumatismo en su extremidad posterior derecha y presentaba la fractura de
tibia que podemos ver en las siguientes imágenes:
Se trataba de una fractura diafisaria oblicua
de la tibia y peroné derechos, en un cachorro que todavía podía crecer un poco
más, y con una gran masa muscular.
Era preciso hacer una fijación estable y lo
suficientemente fuerte para soportar no sólo el peso que el paciente tenía en
ese momento, sinó también el que va a tener, aunque puesto que se trata de un
cachorro la cicatrización deberá ser más rápida y con un poco de suerte cuando
el perro gane peso ya habrá cicatrizado la fractura.
Se le puso una placa con 7 tornillos de 3,5
mm, y para asegurar la fijación se complementó con un cerclaje.
Veamos las
radiografías de control post operatorio:
La reducción era buena y la fijación estable,
por lo tanto si el paciente colaboraba un poco debería tener una rápida
recuperación, que se comprobó ya en la primera revisión a las dos semanas de la
cirugía:
En sólo dos semanas ya se estaba formando un
buen callo óseo y cabe esperar una adecuada consolidación de la fractura.
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