Mostrando entradas con la etiqueta agujas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta agujas. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de noviembre de 2023

Fractura fisis distal tibia, Salter Harris tipo II

 

Fractura fisis distal tibia,  Salter Harris tipo II

 

El cierre de la fisis distal de la tibia se produce en cachorros de razas grandes sobre los diez meses, y durante ese período, cualquier traumatismo en tibia distal es susceptible de provocar una fractura, que suele ser Salter Harris tipo II, es decir, es una fractura no articular, de la fisis distal de la tibia y con un pequeño fragmento hacia proximal.

En este caso, nuestro paciente es un cachorro de Pastor Belga Malinois, de 5 meses, con 25 kg de peso y extremadamente activo (típico de la raza) que se precipitó desde una ventana, y viene con una cojera de no apoyo de su extremidad posterior izquierda. Comenzamos con el estudio radiográfico y se obtienen las siguientes imágenes:





 

Como ya se ha comentado, se trata de una fractura de la fisis distal de la tibia izquierda, Salter Harris tipo II. En este tipo de fracturas el espacio para colocar implantes es mínimo a nivel distal, por lo tanto no es fácil poner una placa de osteosíntesis y todos los autores coinciden en que la resolución más adecuada es mediante agujas de Kirschner.

Al principio puede resultar extraño resolver una fractura en un perro de 25 kg, muy activo, y que sigue creciendo, sólo con agujas, pero es cuestión de poner varias agujas, y mantener al paciente encerrado en una jaula, para evitar ejercicios bruscos en fases tempranas del proceso de cicatrización.

Veamos las radiografías realizadas tras la intervención:





Como puede apreciarse, en las imágenes anteriores, tras la reducción de la fractura se colocaron cinco agujas de Kirschner de 1,8 mm de diámetro, para sujetar ese fragmento distal en la posición fisiológica.  El peroné está bien alineado y los ligamentos del tarso, junto con el tendón de Aquiles, también contribuyen a la estabilización del fragmento distal, y de toda la extremidad.

 

Al mes de la cirugía se repitieron las radiografías de control:





 

El hecho de que hubiera aguantado un mes es positivo, pero hay que comprobar radiográficamente la evolución interna de la fractura. Como puede apreciarse, el proceso de cicatrización ha empezado a crear fibrosis y actividad osteogénica alrededor de la fractura, pero en la segunda imagen vemos que el peroné todavía no ha cicatrizado. (por eso es importante realizar las dos vistas radiográficas)

Continuamos con la restricción de actividad del paciente, y a los dos meses repetimos los controles radiográficos:





 

En esta ocasión si que podemos afirmar que la fractura ha cicatrizado, aunque haya una pequeña desviación hacia lateral, pero en un paciente tan inquieto, y con un control post operatorio insuficiente en algunas ocasiones, es un resultado aceptable.

En este tipo de pacientes tan inquietos, es muy importante que se pueda lograr un buen control post operatorio, porque el animal no va a estarse quieto, y si los propietarios no lo tienen encerrado en una jaula, sinó que lo dejan en una habitación, ó en un pasillo, ó en un espacio demasiado grande, el perro va a forzar demasiado la extremidad en fases tempranas de la cicatrización y puede ocurrir que se produzca desde una ligera desviación de la extremidad hasta un total fracaso de los implantes.

Suelo recomendar que metan al paciente en una jaula, y lo saquen de paseo tres veces al día, con paseos a paso lento, y de sólo cinco minutos cada vez. Aun así, hay estudios que estiman que el paciente flexionará su extremidad unas 40.000 veces al día, que es una cantidad altísima para un animal que está en reposo, e implica un gran desafío para los implantes.



lunes, 30 de enero de 2023

Hiperextensión tarsal congénita en gatos

 


Hiperextensión tarsal congénita en gatos

 

La hiperextensión tarsal congénita en gatos es un transtorno poco frecuente, al menos si nos fiamos de las publicaciones, que para esta patología son muy escasas, aunque en humanos ya ha sido descrito por Hipócrates en el año 400 a.C. (al final del artículo incluyo la bibliografía consultada para el caso) pero sabemos que el tratamiento conservador suele dar buenos resultados en pacientes menores de dos meses y si el tarso es reducible al menos hasta 135º. Para esos pacientes está indicado el tratamiento con férulas con resultados muy alentadores.

Nuestro paciente es un gatito de poco más de dos meses, con una grave deformación de su extremidad posterior izquierda, que dificulta mucho la marcha.

 



 

Y estas son las radiografías previas:

 

 




Se trata de una hiperextensión tarsal congénita unilateral, que dentro de los casos publicados es lo menos frecuente, pues se habla en total de 6 casos (contando los tres artículos) de los cuales en 5 fue bilateral y sólo uno fue unilateral. Además, en nuestro caso, no es posible la reducción precisa, sin hacer un esfuerzo excesivo que el paciente no tolera sin sedación.

El primer problema es el tamaño del paciente, de apenas 225 gramos, lo cual condiciona la anestesia, y se deben hacer algunas adaptaciones.

 

 


 

Debido a su pequeño tamaño no se intubó al paciente, sinó que se le puso una mascarilla, y para la fluidoterapia se fueron poniendo pequeños bolos de suero.




El tratamiento consistió en la reducción forzada de la luxación (bajo anestesia general) y la colocación de unos fijadores externos.

 








Se utilizaron agujas roscadas de 1,2 mm, que son las más pequeñas que puede encontrar, y se unieron con una pasta ligera y rígida, que sujeta todo.

La primera noche el paciente tuvo bastante dolor, y fué necesario aplicar varias dosis de analgesia para mitigar el malestar del gatito, pero al día siguiente ya estaba como si no hubiera pasado nada, jugando con el tapón de la vía de suero, comiendo con normalidad y sin mostrar nuevos signos de dolor.

A las tres semanas se volvió a sedar al paciente para retirar los fijadores externos, y en ese tiempo el paciente había crecido bastante y estaba usando la extremidad con normalidad.

 




Y esta es la radiografía de control post operatorio, obtenida tras retirar los implantes:

 

 


La evolución fue muy buena, y el paciente siguió creciendo y apoyando con normalidad, como se refleja en las siguientes imágenes:

 

 

 


No tengo más imágenes radiográficas, pero el paciente siguió haciendo vida normal sin complicaciones importantes.

Como conclusiones, aunque se trata sólo de un caso, puedo señalar que el tratamiento con fijadores externos durante tres semanas fué muy positivo, pero es importante tener un buen control del dolor, principalmente al principio. Además poner agujas roscadas en esos metacarpos tan pequeños puede parecer preocupante, pero el resultado fue muy bueno, aunque al principio los dedos estaban un poco flexionados, probablemente porque alguna aguja rozaba un poco los tendones flexores, pero tras retirar las agujas no hubo mayores problemas. Y finalmente considero que cuanto antes se intervenga a este tipo de pacientes, mejores resultados se pueden lograr, pues la flexión del tarso es muy pronunciada y la reducción implica una tensión importante en la articulación y en los tendones y tejidos blandos circundantes.

 Recientemente lo llevaron a la clínica para castrarlo, y les pedí que cuando estaba dormido le hiciesen una foto y una radiografía de control, que muestro a continuación:



Podemos apreciar que el tarso tiene un aspecto totalmente normal, y no se aprecian diferencias entre la extremidad normal y la intervenida, lo cual es el mejor resultado posible. 

Probablemente ha sido fundamental realizar la intervención lo más precoz posible, cuando el animal todavía era muy joven y tenía un gran potencial de recuperación.

 

 

 Bibliografía:

 

Congenital tarsal hyperextension in three cats.

Buote NJ, Reese CJ.J Am Vet Med Assoc. 2006 Apr 15;228(8):1200-3. doi: 10.2460/javma.228.8.1200.

 

Surgical correction of a bilateral congenital tarsal hyperextension deformity in a cat.

Yardımcı C, Özak A, Özlem Nisbet H.Vet Comp Orthop Traumatol. 2015;28(5):364-9. doi: 10.3415/VCOT-14-11-0176. Epub 2015 Aug 24.

 

Tratamiento quirúrgico de hiperextensión tarsal bilateral congénita en 2 gatos   Bruzzone M.C.1 ; Corral F.J.1 ; Bosco A.1 CIENCIA VETERINARIA, Vol. 18, Nº 2, julio-diciembre 2016, ISSN 1515-1883 (impreso) E-ISSN 1853-8495 (en línea), pp. 79-85 DOI: http://dx.doi.org/10.19137/cienvet-20161826




martes, 26 de julio de 2022

Fractura de húmero en gato

 


Fractura de húmero en gato

 

 

Hace ya tiempo que no presento una fractura de húmero en un gato, y aunque intento no repetirme demasiado, a medida que se van publicando nuevos artículos es inevitable no repetir tema, pero siempre hay algo diferente, ya sea en la propia fractura ó en la forma de resolverla.

 

En esta ocasión nuestro paciente es un gato paracaidista, que ha saltado desde un balcón y viene con una fractura de húmero. Es importante destacar que en este tipo de pacientes, lo primero es comprobar el estado general del animal, revisando la boca, el paladar blando, las mandíbulas, el tórax, abdomen y vejiga, color de mucosas, reflejos, pupilas, etc, y ya si todo está bien, centrarnos en las fracturas. Veamos las rx previas de la fractura:

 





 

Lamentablemente no tengo la vista antero posterior del paciente, pero podemos ver que se trata de una fractura oblicua del tercio distal del húmero derecho.

En la resolución de estas fracturas, la colocación de la placa siempre es complicada, porque si pretendemos ponerla en la cara lateral del húmero, tenemos el musculo Braquial y la cabeza lateral del músculo Tríceps, junto con el nervio radial que complican la resolución, y si lo intentamos por la cara medial, está el músculo Bíceps, y debajo todo el plexo braquial, pero al menos el hueso es más recto y la placa encaja mejor. También debemos mencionar que los gatos en húmero distal no tienen agujero supra troclear, pero sí agujero supracondíleo en la cara medial del húmero, por donde pasan la arteria braquial y el nervio mediano. Para ver la comparativa radiográfica añado el siguiente gráfico donde en la imagen izquierda hay representado un codo canino y a la derecha un codo felino (Los tamaños no están puestos a escala)

 



Volviendo al caso que nos ocupa, para este paciente se decidió un abordaje medial para colocar una placa de osteosíntesis, y para facilitar la alineación se puso una aguja de Kirschner.

Veamos las radiografías post operatorias:





 

La placa en la cara medial encaja mucho mejor porque el hueso es más plano, no es preciso apenas modelar la placa, y aunque pueda resultar un poco más difícil colocarla, el resultado vale la pena. 

En este caso, la reducción es buena, los implantes están bien colocados y si logran mantener el gato en un espacio pequeño, donde no pueda saltar, el pronóstico es muy favorable y debería cicatrizar sin complicaciones.



viernes, 1 de julio de 2022

Fracturas en cachorros

 


Fracturas en cachorros

 

Nuestro primer caso es un cachorrito de podenco, de unos tres meses de edad 2,4 kg de peso, que saltó de una escalera y tiene una cojera de no apoyo de su extremidad anterior izda. Veamos la radiografía previa:

 



 

Se trata de una fractura supracondilar, del húmero izquierdo, y como era de esperar con líneas de crecimiento y escasa densidad ósea.

En un animal tan joven es necesario ser cuidadoso con la manipulación de los fragmentos y por eso empecé colocando un clavo intercondilar para facilitar la reducción y luego puse un clavo de cada lado. Veamos las radiografías de control post operatorio:




 

Puesto que era un animal muy joven y no tenía una buena densidad ósea, no se podían doblar los extremos de los clavos de Kirschner, y se cortaron rectos. Pero la cicatrización de estos pacientes tan jóvenes es muy rápida, y tres semanas después al hacer la radiografía de control, se obtiene la siguiente imagen:

 



El aspecto es muy bueno, ha cicatrizado muy bien, y decidí quitar los implantes de la cara lateral.

 



 

El cachorro ha cicatrizado en menos de un mes, y seguirá creciendo, pero con el húmero en una posición fisiológica. En estos casos es muy importante realizar la cirugía lo antes posible, para que no queden secuelas.

 

 

 

Veamos un segundo caso, un cachorro de perro de aguas, de 3,4 kg y dos meses y medio de edad, que tras un salto presenta una cojera de no apoyo de su extremidad posterior izquierda. Veamos las radiografías previas:






 

Es una fractura transversa de la diáfisis tibial, sin desplazamiento, en un cachorro muy juguetón y nervioso. Es sólo cuestión de tiempo que termine de romperse y desplazarse, y tal vez con una férula se podría mantener el hueso en su sitio el tiempo suficiente para que cicatrice, pero las férulas y vendajes no siempre funcionan bien en cachorros y por eso se puso un fijador externo.




 

Lamento no tener unas imágenes mejores, pero se puede apreciar que se puso un fijador externo uniplanar, con agujas roscadas en la cara medial de la tibia. Y como es un cachorro muy joven, en tres semanas está cicatrizado.




Al retirar el fijador externo, este es el aspecto radiográfico del paciente




 

En resumen, en cachorros muy jóvenes las fracturas cicatrizan muy rápido pero debido a que los huesos tienen una densidad ósea mucho menos resistente que en adultos, y a que hay muchas líneas de crecimiento, la manipulación de los fragmentos debe ser cuidadosa, evitando dañar el periostio durante la reducción y la posterior fijación será lo menos agresiva posible.

Además, si hay que atravesar una línea de crecimiento, es importante hacerlo con agujas que permiten el deslizamiento de las capas, pero no con tornillos que no permiten ese deslizamiento.


viernes, 8 de octubre de 2021

Fractura conminuta de tibia

 

Fractura conminuta de tibia

 



Nuestro paciente es una perrita Border Collie, de 4 meses y 8 kg de peso, que sufrió un atropello y tenía una fractura conminuta de tibia. Además, era una fractura abierta, tipo 2 en la clasificación de Gustilo y Anderson.

Había sido inicialmente tratada en otro centro, y cuando llegó a la clínica presentaba este aspecto.

 

 


 



Al hacer el estudio radiográfico se obtuvieron las siguientes imágenes:

 


 

 


Nuestro paciente tenía una fractura de tibia, conminuta, contaminada y muy inestable. 

En traumatología, inestabilidad e infección van de la mano, y para lograr salvar la extremidad a esta perrita no podemos esperar a cicatrizar completamente las heridas externas antes de intervenir la fractura. Debemos intervenir pero con un abordaje que evite las zonas contaminadas.

Al valorar la fractura vemos que a nivel proximal hay poco espacio para colocar implantes; además tenemos una línea de crecimiento y la zona de inserción del tendón rotuliano que son zonas que no debemos tocar. En la zona diafisaria hay un gran fragmento muy desplazado y rotado, que debe volver a una posición fisiológica, y distalmente sí que hay espacio y tenemos que aprovechar el hueso para fijar firmemente los implantes.

Para abordar esta cirugía, se eligió una placa en T, para tornillos de 3,5 mm, que permite colocar tres tornillos muy cerca a nivel proximal, de modo que podamos sujetar bien el fragmento proximal, y se colocó lo más atrás posible, porque la tibia a nivel proximal es un hueso triangular y el máximo grosor del hueso está en la parte caudal.

El fragmento rotado a nivel diafisario se recolocó y fijó un poco con un par de agujas de Kirschner, aunque se dejaron tres espacios vacíos a ese nivel en la placa y luego se fijó a nivel distal con tres tornillos más. A pesar del peso del paciente se emplearon implantes de 3,5 mm porque el paciente era muy joven y tenía un gran potencial de crecimiento, de modo que en un par de meses es fácil que pesase el doble.

Veamos una imagen intraoperatoria para visualizar  mejor el implante:

 


 

 

Y estas fueron las imágenes del control radiográfico post operatorio:

 

 


 

 


La reducción era buena y la fijación estable. En el post operatorio se colocó un vendaje, que se levantaba con frecuencia para hacer curas, y se tuvo un cuidado extremo evitando una movilidad excesiva.

El cachorro empezó a apoyar en un par de días, las heridas de la piel cicatrizaron muy bien y dos semanas después tenía mucho mejor aspecto, como podemos ver en la siguiente imagen:

 


 

A pesar de que la cicatrización de la piel era buena, debemos hacer comprender a los propietarios que el hueso tardará más tiempo en cicatrizar.

Al mes de la cirugía se hizo el primer control radiográfico, y se obtuvieron las siguientes imágenes:

 


 



Dada la gran capacidad de cicatrización de los cachorros en un mes estaba prácticamente curado, pero ese callo inicial todavía puede romperse y es necesario mantener el control de ejercicio todavía un poco más tiempo e ir reintroduciendo la actividad física de modo progresivo, para evitar un fallo prematuro de los implantes.

 

Veamos ahora las radiografías de control a las siete semanas de la cirugía:

 

 





Como puede apreciarse en las imágenes anteriores la fractura estaba prácticamente curada, y se le dió el alta clínica al paciente, que todavía era un cachorro y seguirá creciendo. Si alguna vez en el futuro le molestasen los implantes podrán ser retirados, pero de momento no esperamos tener que reintervenirlo.