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domingo, 7 de abril de 2024

Luxación hueso carpo radial en el gato

 


Luxación hueso carpo radial en el gato

 

La luxación del hueso carpo radial no es una patología muy frecuente, pero puede aparecer tanto en el perro como en el gato y suele estar provocada por un salto ó una caída desde una gran altura.

Nuestro paciente es un gatito, que se escapó de casa, y al volver presentaba una cojera de no apoyo de su extremidad anterior izquierda.

Comenzamos con el estudio radiográfico y obtenemos las siguientes imágenes:






  

Se trata de una luxación del hueso carpo radial, que ha migrado a una posición caudal y provoca una inestabilidad del carpo del paciente.





La reducción durante la cirugía fue bastante complicada, pues el fragmento no sólo estaba desplazado hacia caudal, sinó que además estaba un poco rotado, y era bastante complicado manipularlo en el hueco que queda entre el radio y la segunda fina de huesos del carpo, pero con unas pinzas muy finas y un poco de paciencia, finalmente se logró volver a recolocar el hueso carpo radial en una posición fisiológica, y luego, para fijarlo en el sitio correcto, el plan inicial era colocar un tornillo, pero en ese gato el hueso carporadial era tan estrecho que sólo fue posible poner una aguja de Kirschner de 1 mm, cruzando longitudinalmente el hueso carporradial y fijándolo al hueso carpocubital.


Veamos las rx de control post operatorio:





 

Podría pensarse que es una fijación insuficiente, pero no hay espacio para más implantes, y está demostrado que esa aguja cruzando el hueso carporadial y anclándose en el hueso carpocubital puede funcionar bien.

En algún artículo se menciona que es necesario reparar también el ligamento colateral medial e incluso colocar un fijador externo al menos un mes, pero en este gato al colocar la aguja, parecía que había suficiente estabilidad en el carpo y como era un animal muy pequeño decidí no poner más implantes, sólo reforcé el ligamento colateral medial con una sutura y valorar la evolución, que fue muy buena. De hecho, el paciente empezó a apoyar en pocos días, y aunque estuvo confinado en una jaula, durante al menos un mes, su recuperación fue muy positiva. 

Si fuese un perro, no habría sido tan optimista y habría reforzado el ligamento colateral medial y puesto el fijador externo.

 



lunes, 30 de enero de 2023

Hiperextensión tarsal congénita en gatos

 


Hiperextensión tarsal congénita en gatos

 

La hiperextensión tarsal congénita en gatos es un transtorno poco frecuente, al menos si nos fiamos de las publicaciones, que para esta patología son muy escasas, aunque en humanos ya ha sido descrito por Hipócrates en el año 400 a.C. (al final del artículo incluyo la bibliografía consultada para el caso) pero sabemos que el tratamiento conservador suele dar buenos resultados en pacientes menores de dos meses y si el tarso es reducible al menos hasta 135º. Para esos pacientes está indicado el tratamiento con férulas con resultados muy alentadores.

Nuestro paciente es un gatito de poco más de dos meses, con una grave deformación de su extremidad posterior izquierda, que dificulta mucho la marcha.

 



 

Y estas son las radiografías previas:

 

 




Se trata de una hiperextensión tarsal congénita unilateral, que dentro de los casos publicados es lo menos frecuente, pues se habla en total de 6 casos (contando los tres artículos) de los cuales en 5 fue bilateral y sólo uno fue unilateral. Además, en nuestro caso, no es posible la reducción precisa, sin hacer un esfuerzo excesivo que el paciente no tolera sin sedación.

El primer problema es el tamaño del paciente, de apenas 225 gramos, lo cual condiciona la anestesia, y se deben hacer algunas adaptaciones.

 

 


 

Debido a su pequeño tamaño no se intubó al paciente, sinó que se le puso una mascarilla, y para la fluidoterapia se fueron poniendo pequeños bolos de suero.




El tratamiento consistió en la reducción forzada de la luxación (bajo anestesia general) y la colocación de unos fijadores externos.

 








Se utilizaron agujas roscadas de 1,2 mm, que son las más pequeñas que puede encontrar, y se unieron con una pasta ligera y rígida, que sujeta todo.

La primera noche el paciente tuvo bastante dolor, y fué necesario aplicar varias dosis de analgesia para mitigar el malestar del gatito, pero al día siguiente ya estaba como si no hubiera pasado nada, jugando con el tapón de la vía de suero, comiendo con normalidad y sin mostrar nuevos signos de dolor.

A las tres semanas se volvió a sedar al paciente para retirar los fijadores externos, y en ese tiempo el paciente había crecido bastante y estaba usando la extremidad con normalidad.

 




Y esta es la radiografía de control post operatorio, obtenida tras retirar los implantes:

 

 


La evolución fue muy buena, y el paciente siguió creciendo y apoyando con normalidad, como se refleja en las siguientes imágenes:

 

 

 


No tengo más imágenes radiográficas, pero el paciente siguió haciendo vida normal sin complicaciones importantes.

Como conclusiones, aunque se trata sólo de un caso, puedo señalar que el tratamiento con fijadores externos durante tres semanas fué muy positivo, pero es importante tener un buen control del dolor, principalmente al principio. Además poner agujas roscadas en esos metacarpos tan pequeños puede parecer preocupante, pero el resultado fue muy bueno, aunque al principio los dedos estaban un poco flexionados, probablemente porque alguna aguja rozaba un poco los tendones flexores, pero tras retirar las agujas no hubo mayores problemas. Y finalmente considero que cuanto antes se intervenga a este tipo de pacientes, mejores resultados se pueden lograr, pues la flexión del tarso es muy pronunciada y la reducción implica una tensión importante en la articulación y en los tendones y tejidos blandos circundantes.

 Recientemente lo llevaron a la clínica para castrarlo, y les pedí que cuando estaba dormido le hiciesen una foto y una radiografía de control, que muestro a continuación:



Podemos apreciar que el tarso tiene un aspecto totalmente normal, y no se aprecian diferencias entre la extremidad normal y la intervenida, lo cual es el mejor resultado posible. 

Probablemente ha sido fundamental realizar la intervención lo más precoz posible, cuando el animal todavía era muy joven y tenía un gran potencial de recuperación.

 

 

 Bibliografía:

 

Congenital tarsal hyperextension in three cats.

Buote NJ, Reese CJ.J Am Vet Med Assoc. 2006 Apr 15;228(8):1200-3. doi: 10.2460/javma.228.8.1200.

 

Surgical correction of a bilateral congenital tarsal hyperextension deformity in a cat.

Yardımcı C, Özak A, Özlem Nisbet H.Vet Comp Orthop Traumatol. 2015;28(5):364-9. doi: 10.3415/VCOT-14-11-0176. Epub 2015 Aug 24.

 

Tratamiento quirúrgico de hiperextensión tarsal bilateral congénita en 2 gatos   Bruzzone M.C.1 ; Corral F.J.1 ; Bosco A.1 CIENCIA VETERINARIA, Vol. 18, Nº 2, julio-diciembre 2016, ISSN 1515-1883 (impreso) E-ISSN 1853-8495 (en línea), pp. 79-85 DOI: http://dx.doi.org/10.19137/cienvet-20161826




domingo, 27 de febrero de 2022

Luxación de codo en perros

 


Luxación de codo en perros

 

La luxación de codo en perros es una patología poco frecuente, pero, aunque he intentado buscar algún artículo que cuantifique su presentación, no he encontrado ningún autor que publique un porcentaje de incidencia.

Generalmente las luxaciones de codo en perro suelen ser laterales, porque en la parte medial el cóndilo humeral es más bajo y evita los desplazamientos mediales, mientras que en la parte lateral es más plano y permite el desplazamiento del radio. Si hay una luxación medial en un perro, es muy probable que haya una fractura.

En una luxación reciente, debe intentarse recolocar el codo en su posición anatómica pero no siempre es posible y entonces será necesario hacer una reducción abierta para recolocar el codo, y luego necesariamente, deben valorarse los ligamentos colaterales, que podrían estar rotos. En los gatos, cuando hay luxación de codo, los ligamentos colaterales siempre están rotos.

(He publicado artículos sobre luxación de codo en gatos en este blog en Junio de 2018 y Noviembre de 2020)

Nuestro paciente es un perro mestizo de 10 kg, que ha sufrido un traumatismo y presenta una luxación de su codo izquierdo. Ha sido atendido previamente en otro centro donde le han recolocado el codo, pero vuelve a luxarse al poco tiempo, y viene buscando una solución más duradera. 

Comenzamos el estudio radiográfico:

 






En este caso el diagnóstico es muy evidente, hay una luxación lateral del codo izquierdo, y probablemente no se mantiene en su sitio una vez reducida la luxación porque está roto el ligamento colateral lateral.

En la intervención quirúrgica, mediante un abordaje lateral se recoloca el radio (desplazado lateralmente) y luego con el codo flexionado se hace coincidir el ancóneo con el agujero supratroclear y se extiende el brazo para comprobar que todo encaja en su sitio.

Para comprobar la integridad de los ligamentos colaterales se puede flexionar el codo y el carpo 90º y luego rotar la mano hacia lateral (debe rotar menos de 45º, si es mayor hay rotura de colateral medial, en ese caso rotará hasta 90º), y también se puede rotar la mano hacia medial (debe rotar menos de 70º, si es mayor hay rotura del colateral lateral, en ese caso rotará hasta 140º).

La solución pasa por poner tornillos y cerclajes de alambre ó anclajes a hueso y ligamentos artificiales. (Lo más habitual es fijar sólo de la parte lateral)

Es importante fijar luego la articulación para que pueda fibrosar en la posición adecuada, ya sea con fijadores externos, que pueden dejarse hasta las seis semanas si fuese necesario, sin que se produzca anquilosis articular, ó puede colocarse algún vendaje algodonoso con ó sin férula, que mantenga el brazo estirado para que el cúbito permanezca en posición correcta y no pueda nuevamente desplazarse lateralmente. Este tipo de vendajes algodonosos son más fáciles de colocar, pero más difíciles de permanecer en el tiempo, pues los animales suelen intentar morderlos para sacarlos y su duración suele ser menor, y suelen requerir de pequeñas reparaciones con nuevas vueltas de venda cuando empiezan a deshacerse, además de un tiempo mayor con el collar isabelino.

Veamos las rx de control.






Como puede verse en las imágenes anteriores, tras la recolocación del codo en su sitio se pusieron anclajes en el húmero lateral y cara lateral del radio proximal, que se unieron con un ligamento y se anudó con un crim que sujeta todo.

Para evitar tener que hacer una segunda cirugía, en lugar de fijadores externos coloqué un vendaje algodonoso, que deja libres los dedos, pero sujeta desde la muñeca hasta el hombro y da la vuelta alrededor del tórax.

 


 

Dejando los dedos libres puedo ver que el vendaje no comprime en exceso y no hay inflamación de los dedos, además el perro siente el suelo y puede apoyar, aunque va un poco incómodo con un vendaje tan aparatoso, y tendremos que ir cuidando que no se moje ni se deshaga antes de tres semanas, y luego todavía pasará tres semanas más en una jaula, con tres salidas diarias para paseos con correa y paso lento, hasta que podamos estar seguros de que ha cicatrizado lo suficiente para permitirle hacer ejercicio libremente.



sábado, 28 de agosto de 2021

Luxación sacro ilíaca gato

 



Luxación sacro ilíaca gato

 


Es común que los gatos salten ó caigan desde grandes alturas, y aunque suelen caer de pié, eso no implica que no haya lesiones. En el protocolo de exploración posterior a la caída, con frecuencia veremos lesiones en la cabeza, como fracturas de mandíbula, ó del paladar duro, lesiones torácicas como neumotórax ó hernias diafragmáticas; lesiones en las extremidades, en la cadera, en la columna, ó incluso rotura de vejiga si estaba llena, dentro de las lesiones más comunes, aunque evidentemente el daño puede aparecer en cualquier órgano ó región del paciente.

Nuestro paciente de esta ocasión era un gato común, de unos 5 kg, que ha caído de un tercer piso y viene a la clínica porque no quiere moverse.

En el estudio previo, además de muchos otros controles, se le hicieron varias radiografías, de las cuales reproduzco las dos que nos interesan para este artículo:





En la primera imagen radiográfica se aprecia una luxación sacro ilíaca bilateral, y además en la segunda radiografía podemos añadir que no hay rotura de vejiga ni daños en columna lumbar, sacro ó base de la cola.

En este tipo de lesiones es muy importante comprobar que no hay daños neurológicos en ambas extremidades posteriores, y en caso de que existan, debemos explicar a los propietarios que ese tipo de lesiones no siempre son irreversibles, y si no hay sensibilidad profunda en una extremidad, aunque se haga la cirugía, no hay garantías de que el paciente recupere la sensibilidad en la extremidad dañada.

La cirugía consiste en un abordaje bilateral dorsal al sacro para colocar dos tornillos de 2.4 mm y una aguja trans ilíaca. Veamos las rx de control:

 






El pronóstico será muy favorable si el paciente tenía sensibilidad en ambas extremidades, pero pueden presentarse situaciones donde sólo se recupera parcialmente dependiendo del daño inicial y del tiempo transcurrido.




martes, 30 de marzo de 2021

Fractura de cadera

 

Fractura de cadera

 

Es bastante común que los pacientes que sufren atropellos puedan presentar fracturas en distintas partes del esqueleto, o incluso aunque el impacto haya sido en una única zona, podamos ver varias fracturas a la vez, que complican el cuadro clínico.


Nuestro paciente para este artículo es un gato que ha sido atropellado y presenta las siguientes imágenes:

 




 

Lógicamente también se comprobó que no había daños en tejidos blandos, sistema circulatorio, nervioso y pared torácica, tampoco rotura de vejiga ó fisuras en el paladar blando, mandíbula, etc que son lesiones que aparecen con frecuencia tras un traumatismo frecuentes, ni ninguna otra fractura.


Viendo las imágenes anteriores, se aprecia claramente una luxación sacro ilíaca derecha, una fractura del ala del ilion izquierda, y también, aunque menos evidente, hay una fractura en la base de la cola, en el cuerpo de la primera vértebra coccígea, tras el sacro.




A ese nivel hay raíces nerviosas del nervio pudendo y los nervios pélvicos. Una lesión en esa área producirá mucho dolor y también puede causar incontinencia fecal y urinaria, pérdida de sensibilidad en el periné, flacidez de la cola, etc.


En la reparación quirúrgica deben contemplarse las tres lesiones. Veamos las radiografías de control post operatorio:

 

 



 

Como puede apreciarse en la primera imagen post operatoria, del lado derecho, tras reducir la luxación sacro ilíaca, se colocó un tornillo que sujeta el ala del Ilion al cuerpo del sacro, y también una aguja trans ilíaca que sujeta dorsalmente ambos huesos. Viendo la segunda imagen post operatoria, del lado izquierdo, la fractura era muy oblicua y difícil de estabilizar, por ello se colocó primero una aguja de Kirschner para sujetar ambos fragmentos y luego una placa en “L”, para lograr mayor sujeción a nivel distal. Respecto a la fractura en la base de la cola, simplemente se amputó la cola para evitar tensiones en la zona de la fractura, de esa forma se reduce mucho el dolor, y permite que los nervios dañados no sufran “tirones” y es más probable que pueda recuperarse la sensibilidad local.


Respecto al pronóstico de este tipo de lesiones, se acepta que, si el paciente tiene sensibilidad dolorosa en la punta de la cola, recuperará la funcionalidad de la vejiga en el 100% de los casos, en menos de una semana y si no tiene sensibilidad en la punta de la cola, recuperará a funcionalidad de la vejiga en el 60% de los casos en un plazo de 30 días.

Es importante ayudar en el vaciado de la vejiga, al menos tres o cuatro veces cada día, hasta que el paciente pueda controlarlo de forma consciente.


Sobre la amputación de la cola, hay bastante controversia porque la cola contribuye a mantener el equilibrio del animal durante la carrera y el salto, y hay autores que recomiendan esperar al menos dos meses antes de amputar, pero durante ese tiempo el paciente tendrá mucha más suciedad en la zona anal, con restos de heces adheridas al pelo, y también mucho más dolor. Personalmente pienso que vale la pena amputar, principalmente porque he tenido pacientes con la cola rota como única lesión, que manifestaban mucho dolor, que desapareció rápidamente sólo con amputar la cola.




domingo, 20 de diciembre de 2020

Fractura de cadera y luxación de sacro

 


Fractura de cadera y luxación de sacro

 

Nuestro paciente es un chihuahua, macho, de un año y 2,4 kg, que se escapó y sufrió un atropello por un coche.

Veamos las rx del estudio previo:

 




Hay una fractura del ala derecha del Ilion y una luxación sacro Ilíaca izquierda, también hay fracturas en Isquion y Pubis, pero generalmente las fracturas posteriores al acetábulo no son significativas a nivel patológico.

Para la resolución quirúrgica, será necesario un abordaje bilateral, y sujetar ambas fracturas. Para la fractura del ala del Ilion se colocará una placa y tornillos de 2 mm, y para la luxación sacro Ilíaca se pondrá un tornillo.

Veamos las radiografías de control post operatorio:

 





La reducción quirúrgica es adecuada, y podemos apreciar que, al recolocar los fragmentos en Ilion, y también al fijar la luxación sacro ilíaca, adicionalmente, los fragmentos de isquion y pubis se recolocan igualmente.

El post operatorio de este paciente requiere una restricción del ejercicio, pero con paciencia y los cuidados adecuados se puede lograr un buen resultado.

Veamos la radiografía de control mes y medio después de la cirugía.





 

Los implantes no se han movido, y los fragmentos están soldando adecuadamente. Todavía no ha curado totalmente, y debe mantenerse el control sobre la actividad física del paciente, pero la evolución tras la cirugía permite un pronóstico muy favorable.



viernes, 27 de noviembre de 2020

Luxación de codo en gato

 

Luxación de codo en gato

 


Hace ya tiempo que no publico una luxación de codo en un gato, la última fué de Junio de 2018 (http://artrovet.blogspot.com/2018/06/luxacion-de-codo-en-gato.html)

Es evidente, que un blog que lleva ya 125 entradas debe tener artículos muy similares, pero también en el trabajo diario a veces recibimos casos muy similares, aunque luego haya pequeñas variaciones que los convierten en diferentes.


Nuestro paciente es un gato, que se escapó y al volver a casa trae una cojera de no apoyo de su extremidad anterior derecha.

En el estudio radiográfico obtenemos las siguientes imágenes:

 





 

En este caso el diagnóstico es muy evidente, nuestro paciente tiene una luxación de codo, pero el ligamento interóseo que une el cúbito y el radio debe estar intacto. (A diferencia del caso publicado en Junio de 2018)

La resolución de este tipo de luxaciones sólo puede ser quirúrgica, pues además de reponer la integridad articular, también se deben reponer los ligamentos rotos.

Se realizan túneles óseos sobre el Húmero, Cúbito y Radio, para pasar ligamentos que unirán los tres huesos, tal y como comenté en el artículo anterior.

Yo en su momento me inspiré en el artículo:

Surgical management of traumatic elbow luxation in two cats using circumferential suture prostheses. M Farrell 1, D G Thomson, S Carmichael

Vet Comp Orthop Traumatol . 2009;22(1):66-9. doi: 10.3415/vcot-08-03-0026.


Y estas son las radiografías del post operatorio:






En el post operatorio es importante controlar y limitar la actividad del paciente durante al menos un mes, para dar tiempo a que se produzca la suficiente fibrosis periarticular que garantice la estabilidad articular, y luego hacer una vuelta gradual al ejercicio.