sábado, 14 de diciembre de 2013

Fractura de codo

Fractura de codo


Cuando nos hablan de una fractura de codo generalmente pensamos en primer lugar en una fractura del proceso lateral del cóndilo humeral y luego pensamos en una fractura medial afectando al cóndilo ó  incluso en una fractura doble (en Y), e incluso podríamos pensar  en una fractura de Monteggia (fractura del cúbito y luxación del codo) pero en ocasiones un traumatismo no produce una sola fractura, y  se nos puede presentar un paciente que tenga varias fracturas asociadas.

En el caso que presento en ésta ocasión, nuestro paciente es un Jack Russell de 8 años y 7,5 kg que estaba jugando con un caballo y recibió una patada en su codo derecho. 
Comenzamos el estudio radiográfico con una vista antero posterior de su extremidad derecha para empezar a valorar las posibles lesiones:


fractura de codo en canino


Es una primera imagen un poco confusa pues casi parece que hay una fractura en “Y”, pero antes de emitir un diagnóstico haremos también la otra vista radiográfica:


fractura de codo en canino


Ahora con las dos imágenes tenemos ya que “crear mentalmente” una estructura tridimensional que nos permita dar un diagnóstico.

Analizando un poco más la primera imagen, podemos observar que está roto el proceso lateral del cóndilo humeral, pero medialmente el cóndilo está intacto y esa estructura ósea que se observa en la parte medial del codo es en realidad parte de la tuberosidad del olécranon del cúbito, que en la segunda imagen podemos ver que está fracturado y desplazado dorsalmente.

El diagnóstico es por tanto fractura del proceso lateral del cóndilo humeral y fractura asociada de la tuberosidad del olécranon del cúbito, ambos de la extremidad derecha.

Para realizar la cirugía de este paciente será necesario abordar dos fracturas y se planificó comenzando por la fractura del proceso lateral del cóndilo humeral, con el planteamiento clásico de abordaje lateral, reducción de la fractura y colocación de un tornillo intercondilar, de 2,7 mm en este caso y luego una aguja de Kirschner en la parte proximal, de 1,2 mm que completa la fijación.  
Una vez reducida y fijada la fractura del húmero, ya había estabilidad articular en una parte del codo, lo cual ayudaría en la reducción de la fractura del cúbito, y mediante un abordaje caudal se colocó en el olécranon una aguja de Kirschner de 1,2 mm y un cerclaje que neutralizaba las fuerzas del Tríceps , reforzando la fijación.  
Aunque esta segunda intervención también es una solución clásica, resulta bastante difícil colocar bien la aguja y hay que ser muy cuidadosos con el cerclaje, porque  si se tensa demasiado nos abre la línea de fractura, perdiendo parte de la reducción.

Tras la cirugía, haremos las correspondientes radiografías de control, que expongo a continuación, en primer lugar la vista medio lateral:


fractura de codo con agujas y tornillos en perro

Y esta sería la imagen post operatoria que se corresponde con la vista radiográfica  antero posterior del mismo paciente:


fractura de codo con agujas y tornillos en perro



Comprobamos que la reducción de las fracturas es buena, la articulación tiene congruencia, los implantes proporcionan una estabilidad suficiente, y si se logra un adecuado control de la actividad del paciente, la evolución debería ser favorable. 


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