domingo, 22 de diciembre de 2019

Fractura de tibia




Fractura de tibia



Las fracturas de tibia son el 21% del total de las fracturas en perros. Generalmente se adaptan a todo tipo de fijaciones, desde fijadores externos, placa de osteosíntesis en la cara medial, incluso por técnicas de mínima invasión (MIPO), ó también técnicas mixtas con placa y cerclajes, placa y clavo intramedular, placa y fijador externo ó dos placas ortogonales.

Para ilustrar el artículo, expongo el caso de una fractura de tibia en un perro de talla grande, es un cruce de mastín joven, de unos 8 meses y 45 kg.
Veamos las radiografías previas:



fractura conminuta tibia canino



fractura conminuta tibia canino



Se trata de una fractura diafisaria conminuta, pero además el paciente pesa 45 kg y es una fractura no reducible. Puesto que el paciente todavía está creciendo se debe aportar la máxima fijación, no sólo para el peso de ahora, sinó para todo lo que seguirá creciendo en los próximos meses.

En la cirugía se emplearon placas de osteosíntesis de 3,5 mm y doble ancho, lo más largas que tenía en ese momento. Al colocar la primera placa consideré que la fijación no era suficiente y coloqué una segunda placa ortogonal a la primera para reforzar la fijación.



dos placas tibia canino



La sensación de seguridad intraoperatoria era muy buena, pero veamos las radiografías de control post operatorio:



doble placa tibia canino

doble placa tibia canino




La reducción anatómica es buena, la fijación muy estable, y si se hace un buen control post operatorio el pronóstico debe ser muy favorable.

El paciente comenzó a apoyar al segundo día, y ahora el desafío es conseguir que no haga ejercicios bruscos ó intensos antes de alcanzar la cicatrización.






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