domingo, 8 de noviembre de 2015

Fractura de tibia


Fractura de tibia



Nuestro paciente es un Mini Pinscher, macho, de aproximadamente 9 años y 4,5 kg de peso, que ha sufrido un traumatismo y presenta una fractura de tibia derecha. 

Empezamos con el estudio radiográfico:


fractura de tibia en canino

fractura de tibia en canino




Este perro tenía una fractura conminuta metafisaria distal de tibia derecha. No estaba muy lejos de la articulación, pero al menos parecía haber un fragmento lo suficientemente grande como para poder colocar una placa con tornillos.

La zona es complicada para la cicatrización porque a ese nivel apenas hay tejidos blandos, sólo piel hueso y tendones, por lo tanto la vascularización suele ser escasa y eso significa que  la cicatrización puede ser muy lenta.

Se planificó la intervención para colocar una placa de 2 mm, aunque una placa de 2,4 mm no estaría contraindicada. 

En este caso, durante la cirugía me pareció que la resolución no era muy estable, suele ocurrir en fracturas conminutas, y para evitar que la placa pudiese partirse, decidí poner una segunda placa más corta encima, en configuración sándwich.

En principio pensaba que sería suficiente, pero al hacer las radiografías de control me llevé una desagradable sorpresa.





 
Había una gran cuña mal reducida, probablemente porque quedaba por debajo de la placa y no se podía ver, pero debería haber sujetado mejor ese fragmento al colocar los tornillos.

Reintervenir al paciente y colocar mejor los tornillos podría ser una buena solución, pero en esa zona hay escasa vascularización y no quería dañar aún más los tejidos blandos circundantes, por lo tanto decidí poner un fijador externo uniplanar.



fijador externo y placa con tornillos tibia canino

fijador externo y placa tornillos tibia canino



Simplemente puse unas agujas roscadas y las sujeté con cemento para que no tuviese tanto peso como las rótulas que se emplean habitualmente para fijar las agujas.



fijador externo uniplanar tibia canino



Era una solución simple, pero reforzaba la fijación sin incrementar el daño.

Aproximadamente cinco semanas después, se pudo quitar el fijador externo, dinamizando la fractura para continuar con la cicatrización.

En la evolución posterior se aflojó un tornillo, pero ya había un buen callo y no tuvo significado patológico.





placa y tornillos en tibia canino

tornillo flojo placa tibia canino



Finalmente, el callo óseo terminó el proceso de consolidación, entonces retiramos el tornillo, y se pudo dar el alta definitiva al paciente.




placa y tornillos tibia canino

placa y tornillos tibia canino



Resumiendo un poco, se trataba de una fractura difícil de fijar, en una zona de cicatrización lenta, que probablemente no se redujo bien y no tuvo una buena resolución inicial, pero la placa en sándwich evitó que se partiese el implante, y el fijador externo adicional permitió alcanzar una estabilidad suficiente para que se formase un callo óseo adecuado, y sin necesidad de reintervenir, se pudo alcanzar la cicatrización. 


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